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martes, septiembre 10, 2024

Pascuas 2017: A pesar de la crisis el espíritu navideño llega a los hogares venezolanos

Repican las campanas con su nítida voz. Un frío intenso acompaña la madrugada de las personas que desean acudir a las iglesias a celebrar las “Misas de Aguinaldo”. Caminando rapidito para entrar en calor, los fieles llevan en sus corazones el ánimo de quien sabe que va a participar en una tradición muy criolla, llena de simbología, de cantos y alegría, porque a partir del 16 y hasta el 24 de diciembre, los templos abren sus puertas al inicio de la mañana para festejar las ceremonias de aguinaldos, práctica surgida entre el siglo XIX y XX. El origen de las misas de aguinaldo se remonta a los tiempos de la colonia, y la Iglesia católica ha mantenido esta tradición. Se trata preparar con amor el nacimiento del Niño Dios a través de una novena de misas, pero con características diferentes, porque se celebran en la madrugada, con los cantos de aguinaldos o villancicos.

Cantar aguinaldos en las iglesias es un privilegio concedido por El Vaticano a la Iglesia Católica en Venezuela. Prácticamente en ningún otro país se realizan las tradicionales Misas de Aguinaldos a excepción de Filipinas y las islas Canarias -explica Rómulo Fernández – un experto en costumbres y tradiciones culturales. Es una música contagiosa y sus letras, alusivas al gran acontecimiento, nos emocionan: San José, la Virgen y el niño, pesebres, pastores, ovejas, reyes magos son algunos de los componentes que todo buen aguinaldo debe tener. Rómulo, para darnos un ejemplo, entona “El Nacimiento de (Henry Martínez), y acompañado de su cuatro canta esta melodía:

“Anda m’hijo lindo, anda m’hijo lindo,

llégate al cuartico

donde está una caja

con animalitos,

San José y la Virgen

y Jesús chiquito

y Jesús chiquito…”

Es precioso, -señala- si no lo conocen, escúchenlo, a mí me fascina la versión de Cecilia Tood, sugiere Rómulo Fernández.

Y así, buscando el verdadero sentido de la Navidad Venezolana encontramos que, a medida que se acerca la fecha esperada, las personas, pese a la grave situación que estamos confrontando, dejan a un lado sus preocupaciones para dejarse envolver, como si de un colorido papel de regalo se tratara, del espíritu navideño.

A mí-dice Clarita Rodríguez-nadie me va a quitar mi Navidad, la mía y la de mi familia porque para festejar la Navidad solamente se necesita tener fe en Dios y en su palabra. Estas Navidades no habrá regalos debajo del árbol porque el dinero no alcanzó, pero ya armé el pesebre con mis dos hijos con todos los coroticos que teníamos guardados de navidades anteriores y la pasamos maravillosamente. El 24 en la noche, cenaremos una ensaladita, porque papas, y zanahorias, aunque caras, sí hay, nos tomaremos un guarapito de canela o de panela con bastante limón y daremos las gracias a Dios por todas las bendiciones recibidas, en mi caso la salud de mi familia y el amor que nos tenemos. A las doce prenderemos una velita, cantaremos aguinaldos y después de un abrazo nos iremos a descansar. Para dar la bienvenida al Niños Jesús, no se necesita nada más-asegura con una gran sonrisa-esta merideña ejemplar.

Por su parte, Rosita Marcano, una mujer devota y apegada a las tradiciones nos explica “Los nueve días de misas de aguinaldo cierran con la “misa de gallo” que es la que se efectúa en la noche del 24 o al comienzo de la madrugada del día de Navidad. Yo no me pierdo ninguna, gracias a Dios, mi parroquia está cerca de la casa y me puedo ir solita. Cuando yo era joven no había ningún peligro de andar por las calles tan de tempranito, ahora la situación ha cambiado completamente. Hay mucho peligro, pero yo voy con Dios y la virgen a regocijarme con los preparativos para la llegada del Niño. La Navidad-mijita-se lleva en el alma y Dios reconforta. Te digo una cosa, no hay mal que dure cien años y yo creo en los milagros. Esta situación tan pesarosa que estamos viviendo los venezolanos, también pasará, ya verás.

“Es bueno rescatar los valores cristianos y humanos que encarnan la Navidad: el nacimiento de Jesucristo: Dios y hombre verdadero que vino para ser el Salvador del mundo, de todos los hombres y de cada hombre-señala Sor María de la Mercedes- por eso los cristianos y hombres de buena voluntad debemos empeñarnos en rescatar el sentido profundo de la Navidad, convertida muchas veces en una fiesta casi pagana, cuando en realidad es una fiesta sagrada. Deberíamos enseñar a nuestros niños y jóvenes que la cercanía del Señor nos da confianza y protección. Es recomendable acudir a los templos, orar, meditar en la fe, la esperanza y el amor al prójimo. Visitar a los enfermos, compartir el pan con los hambrientos, ese es el ejemplo que nos dio Jesús y el que debemos seguir.

Así es el alma de los venezolanos, grande, compasiva, generosa, luchadora, y a pesar de las vicisitudes que estamos atravesando, abren su corazón al espíritu navideño y deciden celebrar en familia con lo mucho o poco que tengan la llegada del Niños Dios. Seguro, haremos una pausa en este trajín diario que nos impone la existencia para dar la bienvenida a Jesús recién nacido que nos trae un mensaje de amor, justicia, esperanza y paz.

Arinda Engelke