Por: Antonio José Monagas…
La Historia actúa gallardamente contra aquellos atributos ideológicos que las circunstancias hacen posible en beneficio de intereses personalistas.
Desde que la historia se vinculó con la teoría de la “libertad”, se convirtió en el ámbito social, político, económico y cultural sobre el cual reposa la ideología que mejor ha sabido exaltar los derechos del hombre. O sea, la democracia. Pero en su acepción más impoluta o impecable. De ahí, Carlos Sánchez Albornoz, historiador y político español, refirió “la historia como la hazaña de la libertad. Y la libertad, la hazaña de la historia”.
Debe tenerse en cuenta que la razón que exhorta la Historia para arrogarse la condición que la distingue como progresiva, no es aplicable a otras ciencias. Aun cuando el valor que se le atribuye a cada ciencia, dependerá siempre de la susceptibilidad social. Sin embargo, la Historia al contrario de otras disciplinas, según opinión del historiador británico David Antonhy Brading, “(…) aspira a la permanencia”. Es la causal que enaltece al discurrir historiográfico.
Asentir a que la Historia labora en su perpetuación y desarrollo, anima lo que esta disertación plantea cuando busca tratar los “peligros” de la Historia o la Historia como “peligro”. Particularmente, de la ignorancia, del poder y la arrogancia. Y que son las razones que hacen temer de las descripciones que la historia explaya en sus análisis.
Aunque a juicio del filósofo y poeta Martín Heidegger, “el lenguaje es el más peligroso de los bienes”. Su consideración implica a la Historia toda vez que la palabra es para la Historia, el vehículo que moviliza su desarrollo funcional. Fundamentalmente, porque nada está más vivo que la palabra ya que tiene vida propia.
¿Por qué la Historia infunde temor?
Así que entre los peligros que sirven a la Historia de arma contra las barbaridades de la política, las imprudencias de la sociedad o las contradicciones de la economía, está la palabra. Habida cuenta que su empleo, al mismo tiempo que libera, encadena. De ahí, el temor de quienes ejercen el poder (político) desde posiciones autoritarias y hegemónicas.
Los “peligros” a los cuales muchos temen extremadamente, están contenidos en el lenguaje. Más, cuando el lenguaje es revelador de verdades capaces de fracturar el muro más sólido. De descubrir la trinchera más recóndita. O de dar con el escondrijo mejor disfrazado con trazos de institucionalidad o constitucionalidad.
El temor que infunde la Historia, cuando erige sus esfuerzos con base en la verdad, radica en ciertos “peligros” solapados por acción de manoseadas paradojas al camuflar narrativas de discursos que exaltan libertades. Incluso, aquellos “peligros” que caben en el fondo del maletín de académicos de “universidades de ocasión”. Hasta aquellos “peligros” que son confundidos con consideraciones libertarias por efecto de manipulaciones adaptadas según las coyunturas.
Inclusive, “peligros” capaces de camuflar realidades con la intención de cambiarles la apariencia a situaciones que se hallan a disposición de intereses esgrimidos por agentes del poder armados con el más grosero desparpajo. La ceguera inducida, es otro de esos mismos “peligros” que revelan la potencialidad de la Historia cuando sale a la palestra a enfrentar y combatir a los enemigos de la libertad.
Pero también, los “peligros” que descubre la Historia cuando batalla contra disidentes de la vida, de la justicia, de la dignidad y de los derechos del hombre a disfrutar sus ideales, querencias y proyectos. Por eso la Historia actúa gallardamente contra aquellos atributos ideológicos que las circunstancias hacen posible. Pues hasta sus intersticios, son hábilmente aprovechados por rufianes de oficio para evitar toparse con los “peligros” que la Historia sabe descubrirles. Y ante esa clase o categorías de aspavientos, valen redimir o sacar a relucir los “peligros” que le depara la Historia a las oscuridades que pintan las realidades. Son los “peligros” de la Historia.
“La historia en su búsqueda de la identidad de los pueblos, trasciende por circunstancias que no siempre coinciden con sus criterios. Aunque no por ello obvia su razón como ciencia”
AJMonagas
14-8-2022