MI PLANETA: Polución alarma mundial

¿Qué es lo que respiramos? ¿Aire puro, buen aire o peor aún, patógenos químicos que llenan nuestros pulmones de veneno? Recuerdo hace ya décadas cuando dirigía la revista Cábala de la Cadena Capriles, cuando subí al cerro El Avila invitado por unos estudiantes de la Universidad Central en Caracas y quedarnos haciendo investigaciones el fin de semana pernoctando en carpas, algo difícil de realizar ahora por la inseguridad.

El amanecer del sábado fue primoroso, el naciente sol bañando la bulliciosa capital con su luz y colores. Pero, el corazón se me apretujó al ver una espesa capa gris suspendida sobre la desprevenida población aun dormida. Plomo, y otros restos químicos venenosos se cernían sobre millones de pulmones. Y eso sucedió en 1979. Una pila de años atrás. ¿Cómo sería hoy día esa dantesca visión? Una nube venenosa aun más espesa sobre la ciudad.

Aquí en Mérida somos todavía dichosos gracias a nuestra pródiga naturaleza de bosques, ríos, campos y montañas, que permiten reciclar gases venenosos contaminantes de industrias y afines.

Un dramático informe del periódico “The Lancet” señaló que en el 2015 ocurrieron más de 9 millones de fallecidos por polución extrema en el mundo. Bangladesh y Somalia fueron los más afectados, mientras que Brunei y Suecia tuvieron los cielos más sanos.

La polución ha incidido en las muertes por cáncer de pulmón, ataques cerebrales y de corazón. El profesor Philip Landrigan de la Icahn School of Medicine de Mount Sinaí de Nueva York, señaló: “La polución ambiental es una parte grave de contaminación y cambios climáticos, que afectan a gran parte de la población mundial, que incide en extremo en la salud humana”.

Esto incluye la polución del agua. Es una muerte silenciosa. Los habitantes de Caracas y las grandes ciudades de Venezuela están en serio peligro. El aire que se respira produce diversos trastornos, incluyendo los emocionales, mentales y hasta espirituales. ¿Lo sabe el gobierno? O no tiene ni idea y sólo piensa en otras cosas no muy sanas…

Valentín Ladra