Por la calle real: El reto de la caridad en la ULA

Por: Fortunato González Cruz…

El arzobispo de Mérida Baltazar Enrique Cardenal Porras Cardozo nos ha expuesto en su Crónica Menor que titula: “Los retos de la caridad” su concepto de la caridad. El mensaje va especialmente dirigido a la Iglesia pero se puede extender a otras realidades Nos dice que necesitamos los lentes de las ciencias sociales y los lentes de la fe para asumir la caridad desde lo que somos, no como agencias para remediar urgencias. Nos invita a descubrir los nuevos rostros de los pobres y también de los que se presentan como salvadores y son los explotadores.

Creo que la lectura de este artículo es fundamental para que los dirigentes de la Universidad de Los Andes, las autoridades, los profesores, los trabajadores, los directivos de los gremios estén claros de lo que se debe hacer ante la crítica situación de la ULA. También los gremios y sindicatos y todas las instituciones sociales. Quizás se pueda aún esperar que los políticos encuentren alguna orientación.

La Universidad de Los Andes es una institución que busca la verdad mediante la docencia, la investigación y la extensión, del cultivo del conocimiento y del arte. Toda la institución universitaria en cualquier tiempo y circunstancia debe hacer lo propio y hacer caridad, amor a los demás, en tiempo bueno y en tiempo malo. “La caridad, al servicio de los demás”, dice el Cardenal, hay que promoverla iluminando la verdad y al servicio del desarrollo integral.”De modo que ahora más que nunca debe profundizar en las causas profundas que han llevado a nuestro país y a nuestra ciudad al estado calamitoso en que han sido sumidas. En este sentido, pocas instituciones tienen la capacidad para contribuir al conocimiento y con la suficiente profundidad que la ULA. Cada unidad académica debe dedicarle parte de su tiempo a buscar y revelar desde la ciencia las causas de semejante desastre, y orientar lo que habría que hacer para salir y emprender el desarrollo integral dentro del espíritu ecuménico, universal que plantea el papa Francisco en “Laudato si”. Cuenta con once facultades que cubren todo el saber, desde las ciencias duras hasta el arte, y por dura que sea la situación cada profesor y cada investigador puede dedicar parte de su tiempo para poner la mira en este tiempo y en estas circunstancias y hacer lo que tiene que hacer desde la obligación deber académica y desde el deber moral.

El reto de la caridad para la Academia es justamente allí, demostrar su compromiso científico con Venezuela, con Los Andes y con Mérida y cada unidad académica, cada profesor, cada investigador, alumnos y profesores, poner la lupa desde la ciencia y desde el amor a entender y explicar este fenómeno que nos ha conducido a la miseria, y señalar el camino que debemos recorrer para salir de este gravísimo accidente histórico y retomar el camino del desarrollo humano sostenible. Este reto es igual para la Academia de Mérida, como quedó claro en la programación aprobada esta semana. Lo es también para todo el conjunto de la sociedad.

Es tiempo de protesta y de lucha por condiciones humanas y decentes  para trabajar. También para hacer la caridad desde la naturaleza de la Academia.