Pragmatismo o realidad económica

Por Germán Rodríguez Bustamante…

Recientemente Maduro anunció la colocación en el mercado de capitales local, de paquetes accionarios de empresas públicas, algunas de ellas expropiadas o nacionalizadas por el comandante. Hasta el momento se desconocen detalles de la venta de los títulos, específicamente, si se hará en dólares o en moneda local. En concreto, la oferta de los papeles estará en un rango entre el 5% y el 10%. Esta posibilidad fue asomada en el pasado, en el momento en que el empresario en ejercicio Pérez Abad, ocupaba el cargo de vicepresidente de Economía Productiva, sin embargo, todo quedo en promesa.

Lo cierto es que todas las empresas públicas, se han convertido en un lastre, consumiendo recursos públicos que podrían utilizarse en mejorar la infraestructura en general, gastos de salud, educación y seguridad. El anuncio puede producir una reducción de los gastos gubernamentales y evitar las distorsiones generadas en el mercado por la participación del Estado en la actividad empresarial. La situación venezolana es concluyente: los servicios prestados por el Estado muestran una destrucción en lo operativo, financieramente no pueden realizar las inversiones para la actualización tecnológica requerida y en conclusión los ciudadanos padecemos las calamidades por servicios en malas condiciones de prestación, que impide el desarrollo del país. Agudizados en los últimos días por los efectos de condiciones climatológicas adversas.

Pareciera que para el régimen todo se reduce en llevar el esquema económico a lo que pueda tener utilidad para ellos, no necesariamente para el bien común. En estos desdichados años de revolución, la banda en el poder tomó bienes y territorios en nombre del Estado, pero para su propio provecho. Los procesos de nacionalización, expropiación e invasiones, dejaron a su paso un cementerio de empresas y fundos arrasados, escasamente ondea una bandera deshilachada.      

En los últimos dos años el botín de las razias y los actos de pillaje se distribuyó entre los miembros del grupo. El pragmatismo económico limitado a la entrega a dedo de actividades en procesos oscuros y en nombre del pueblo. De muy poco sirvió los incentivos morales y las distinciones, ya que la gente descubrió que lo que pertenecía a todos, en realidad no pertenecía a nadie, y que los únicos beneficiados fueron los burócratas gestores, algunos miembros del PSUV y en especial la elite gobernante teñida de verde oliva.

Ante la evidencia de los hechos intentan en ofertas públicas de títulos valores, barnizar la distribución del botín de alguna transparencia, que de garantía a los potenciales inversionistas y pueda lavar algunas manchas. El pragmatismo derivado de una realidad económica, sumada en sucesos continuados que obligan a tomar decisiones prácticas. En otras palabras, apertura económica a través de un paquete accionario de empresas públicas, no mayor del 10 %, accionistas que nunca tendrán el control de la iniciativa, manteniendo una casta gestora incapaz, negligente y profundamente corrupta. Sera muy difícil que los inversionistas puedan embestir el engaño.

Se requiere mucho más que una simple e insuficiente oferta pública de paquetes accionarios, de empresas estatales. La información financiera debe estar disponible y sujeta a revisiones independientes, para poder medir la cantidad de inversiones requeridas para el reflotamiento de las empresas. Esta misma información será fundamental para determinar el valor económico y financiero de las iniciativas. Por otro lado, es fundamental precisar los riesgos derivados de procesos de expropiación inconclusos, con litigios en gestaciones por falta de indemnizaciones oportunas y algunas sentencias en tribunales, sobre todo extranjeros. Los desastres producidos en los últimos 7 años pretenden sortearlos con ilusiones económicas, será nuevamente un terreno fecundo para que actores con información privilegiada, saquen jugosas tajadas de esta nueva improvisación revolucionaria. Para lograr una estrategia de crecimiento a largo plazo, debe existir una reinstitucionalización del país en virtud de la cual los derechos y garantías realmente se respeten, lo que generará confianza a los grandes capitales extranjeros. Esto en conjunto con la reestructuración y pago de la deuda externa, así como de una extensa activación del aparato productivo nacional.

El país puede crecer, incluso estando sancionado, pero su capacidad de maniobra comercial y financiera se ve francamente afectada por el bloqueo. Por eso el dilema planteado hoy por el régimen, es la factibilidad de ceder en su control político ante una mejora de su hacer económico. La decisión de abrir espacios a la oposición podría redundar en la relajación de sanciones y un aumento de las licencias petroleras. Sin embargo, la historia nos dice que, cuando se trata de control político o desarrollo económico, hasta ahora el régimen ha priorizado el poder.

En conclusión, la propuesta de privatización de empresas estatales incluyendo PDVSA, a través de la colocación de paquetes accionarios, requiere de condiciones adicionales para que los inversionistas puedan medir los riesgos y los rendimientos. La debilidad institucional sigue estando presente, los riesgos potenciales por decisiones políticas también están en la mesa, por ello no es suficiente el llamado de Maduro para que todos trabajen sin mezquindades. Las inversiones exigen condiciones mínimas para que puedan ser seducidas. La experiencia histórica ha demostrado que una economía basada únicamente en la propiedad del Estado, no será eficiente desde el punto de vista económico, político y social. La suma de eventos económicos acumulados en fracasos, demandan de un mayor pragmatismo. 

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16-05-2022