La profesora Maritza Rangel Mora adscrita a la Facultad de Arquitectura de la ULA y directora del Centro de Investigaciones sobre Espacios Públicos (URBIS), a través del programa La Ciudad en la Radio conducido por el periodista Leonardo León, fijó posición ante la oficial decisión de intervención urbana que está alterando negativamente la imagen visual de la ciudad, su cultura, su identidad compartida y la percepción que de Mérida tienen sus visitantes.
Mediante un escrito dado a conocer en los últimos días en razón de una estrategia oficial hemos estado viendo como han ido pintando con diversidad de colores cálidos, diferentes edificaciones públicas y espacios abiertos de la ciudad, planteamiento que se está haciendo con un básico estudio geométrico pero, con ausencia de conocimiento cultural merideño, en lo que respecta a su idiosincrasia para colorear su arquitectura, su ciudad, que es la expresión del ser merideño, expresó la experta.
El comunicado reseña que Mérida es una ciudad andina, culta, universitaria, con una población noble, sobria en su proceder, su hacer, su vivir, por eso la paleta de colores usada, que la distingue, está compuesta por tonos claros, blancos, pasteles, los ocre-anaranjados de los techos y, en ocasiones se usan escasas extensiones de algún color fuerte pero sobrio para zócalos, rejas, estructuras metálicas. Se complementa con colores neutros de ciertos acabados para fachadas, todo en el esplendoroso marco de verdes de nuestra vegetación.
¿Por qué ahora tenemos que enfrentarnos, en cualquier lugar, con la gama de colores de una ciudad caribeña, costera, que es expresión de otros temperamentos; con la imagen de un preescolar o de lugares de juegos para niños o, con los colores del arco iris, en toda la ciudad, quitándole peso e importancia a nuestra ciudad modesta pero señorial, a la vez? Quizás esto es válido ocasionalmente pero no la generalización que están realizando, continúa el escrito.
Además resalta que se ha de agradecer el interés por mejorar la ciudad, pero por qué no se consulta a los expertos para que el planteamiento respete los valores intrínsecos de la cultura merideña, andina, si es que no los perciben o sienten claramente.
Para la profesora Maritza Rangel Mora se podrían concretar otra cantidad de proyectos requeridos para mantener hermosa y funcional nuestra ciudad dando prioridad a:
- Tapar otros tantos huecos que están presentes en nuestras calles y avenidas.
- Se recupera el Parque Tibisay, sembrando todo lo que se ha tenido que talar o está por caerse, en vez de ampliar la superficie dura del mismo y tener que acostumbrarnos no solo a otra imagen sino a otros usos y a la pobreza de una avenida que fue la primera arborizada de la ciudad y ahora está llena de tocos de árboles ¿En honor a qué?
- Se siembra planificadamente otros tantos espacios que lo requieren para el aumento de nuestras áreas verdes urbanas, de uso diario.
- Se establece una cuadrilla permanente para el mantenimiento constante de los espacios verdes, de los monumentos, del mobiliario, de las cominerías y las jardineras, de las plazas y los parques, todo parte de la historia, la cultura de la ciudad.
- Se comienza, concienzudamente, en forma planificada, un programa de reciclaje, con el apoyo de los grupos u ONGs que trabajan actualmente, en forma muy ardua, pero con amor para hacerlo.
- Se exige a la empresa privada que mantengan la imagen, con calidad, de sus instalaciones.
- Se dan créditos y asesoramiento a los vecinos para que vayan arreglando sus fachadas.
- Se aprueba y hace regir una ordenanza para el control de ruidos molestos
- Se apoyan los centros de salud y de educación, con menos fiestas y templetes y más cultura y alimentación de calidad.
- Se humaniza el mercado abierto Soto Rosa, para dignificar sus vendedores y usuarios…
Hay muchísimas cosas por hacer, pero sin irrespetar la cultura, la ciudad, la gente. Finalizó diciendo la profesora Rangel.
Redacción C.C.
22-06-2022