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viernes, septiembre 20, 2024

“Quienes quieren gobernar en nombre de una revolución, no entienden que el problema no es la riqueza”

El invitado especial al Congreso de Conindustria aseguró que la riqueza no es mala per se. Lo incorrecto es utilizarla para crear poder y abusar de él. “Lo que se debe combatir es la pobreza y eso no se combate con decretos, sino creando un entorno democrático, de libertades plenas”.

“Quienes quieren gobernar en nombre de una revolución, no entienden que el problema no es la distribución de la riqueza, sino que el problema es la pobreza. Y diré más: no entienden que el problema no es distribuir lo que todavía no se ha creado, sino crear primero para distribuir mejor”.

Estas palabras corresponden al presidente de la Asociación de Industriales Latinoamericanos, Henry Kronfle, quien vino a Caracas como invitado especial al Congreso de Conindustria.

Kronfle comenzó su intervención señalando que América y el mundo miran con atención lo que está pasando en Venezuela. Y esa atención –aunque absolutamente respetuosa de la voluntad soberana de los venezolanos- se motiva en las raíces históricas que nos unen.

Considera que si algo ha caracterizado el pensamiento de América Latina, es concebir el desarrollo como una entelequia y de esa manera, se ha terminado confundiendo casi siempre objetivos con instrumentos; políticas con estrategias; estrategias con tácticas.

A causa de estas confusiones, en el continente se fabricaban desde los primeros años de vida republicana, revoluciones que únicamente eran alzamientos armados para enmascarar aspiraciones caudillistas, generalmente movidas por deseo de satisfacer apetitos incontrolables de ejercer el poder político. Por eso, los gobiernos nacidos de esas asonadas ni siquiera lograron poner las bases del desarrollo económico y social de nuestros pueblos.

Advirtió Kronfle que en varios países se vive un clima de expectativas porque al entorno socio económico se lo ha etiquetado como el socialismo del siglo XXI. “Yo creo que es un error ponerle etiquetas al desarrollo”. Insistió en que los tiempos que vivimos no se caracterizan por la estabilidad, debido a las variables que se enfrentan a diario; lo que hace proclamar a varias personas que no estamos en una época de cambio sino en un cambio de época. “Pero esta realidad caracterizada por una confrontación que a veces toma matices de polarización irreconciliable, parece haber olvidado que más importante que imponer una visión sobre la economía y la sociedad, es construir juntos el futuro, con la convicción de que para lograr la sociedad que anhelamos, se requiere de coraje y de trabajo incesante e inteligente”.

El presidente de AILA argumenta que la tolerancia tiene que expresarse en la actitud de pedir más democracia; de lo contrario, nuestros países se convertirán en sociedades de retaguardia. El paternalismo estatal, apuntó, elimina la responsabilidad individual y condena a la pobreza colectiva en nombre del colectivismo; “porque quienes quieren gobernar en nombre de una revolución, no entienden que el problema no es la distribución de la riqueza, sino que el problema es la pobreza. Y diré más: no entienden que el problema no es distribuir lo que todavía no se ha creado, sino crear primero para distribuir mejor”.

Insistió en que América Latina es la región más rica del planeta y tenemos que aprovechar esos recursos para crear más riqueza. “Nos hemos distraído en pensar en revoluciones, en pensar cómo hacer que el rico sea menos rico, y lo que hemos logrado es que los pobres sean más pobres”. En esa distracción, hemos dejado que vengan los de afuera y se lleven lo que nosotros no sabemos aprovechar.

Reiteró en sus palabras ante los industriales venezolanos, que la riqueza no es mala per se, pues promueve desarrollo. Lo malo está en usar esa riqueza para crear poder y abusar de él. Hizo énfasis en que lo que se debe combatir es la pobreza y eso no se logra con decretos sino creando un entorno democrático, de libertades plenas, donde se debe tener cuenta como decía John Stuart que “el valor de una nación no es otra cosa que el valor de los individuos que la componen”.

Kronfle afirmó que hoy más que nunca es necesario generar producción y empleo que permita afirmar la importancia de la economía de mercado, los procesos de integración económica y comercial, la estabilidad macroeconómica, la responsabilidad fiscal y la mejora del marco regulador para asegurar un crecimiento sostenido y sostenible que propicie la generación de innovación, inversión, riqueza y empleo.

Prensa Conindustrias