Por: Ramsés Uribe…
Por estos días se está rindiendo un sonado homenaje a un gran venezolano tejedor incansable de las letras infinitas, que claramente son más que simples vocablos comunes que cualquiera puede decir o escribir. Antes hemos escrito algunos comentarios sobre los grandes poetas de la antigüedad como lo son Arquíloco y Hesíodo; falta todavía el gran Píndaro. Ahora le corresponde el turno al bate del logos (palabra, discurso, razón) a un poeta natural del país: Rafael Cadenas.
Biografía literaria. El laureado en las letras, nació en Barquisimeto en 1930. Comenzó su trajinar con las palabras en 1946, apenas con 16 años de edad, una excelente edad para iniciarse en el orbe del arte. Consideramos que es la edad perfecta no sólo para abrazar cálidamente al campo de las artes, sino también se ha determinado que es el momento oportuno para trabajar por primera vez. Así es como se agarra mínimo para enrumbarse por buen camino hacia el quehacer vocacional. Bien harían los chamos criollos en modelar a nuestro artista literario en éste y otros ámbitos de su fructífera y veterana vida (92 años de edad); es una de las formas más fabulosas de envejecer. De personalidad tímida al hablar muy lento y a media voz, de estampa humilde no le impidieron lograr ser un gran escritor. De sí mismo dice: ser “humilde, silencioso y rebelde”, y hasta ridículo. De tal forma que esto es alentador ya que indica la posibilidad real en la cual todo individuo puede llegar a ser un autor destacado. Ciertamente que quien hace su labor, su vocación silenciosa y tranquilamente llega a buen puerto.
Poesía encadenada. Es conveniente explicar un par de términos líricos, pues algunos ignoran estos menesteres estéticos y artísticos llegando a cometer pecado venial cuando a cualquier amigo le dicen, “poeta”, excepto si es por alguna chanza. Peor aún es aquella horrenda expresión vulgar que dice: “de poeta y loco, todos tenemos un poco”. ¿Qué es la poesía? Y ¿qué es ser poeta? La primera cuestión es su obra. La segunda es su persona en tanto ser individual, es decir, su ser es ejercer lo que él es: artista de las palabras. Esta sería la manera concreta y sustancial del bello acto de poetizar; el target que permite identificar en modo vital y existencial el lirismo en Venezuela. En lo que respecta a la definición de poesía como en otras definiciones de tantas disciplinas y artes, no hay un consenso universal. No es un concepto unívoco. En la antigüedad griega la poesía cuya etimología es poíesis, que traduce creación o construcción, era la imitación o mímesis de toda realidad, por medio del arte verbal que se vale de la palabra o el logos, la melodía y el ritmo. Por otro lado, tantos homenajes juntos no son en vano. Es el reconocimiento constante y completamente merecido a una larga trayectoria literaria. El más reciente, el premio Cervantes, confirma lo dicho, es la afirmación de su éxito lírico y la conquista definitiva del logos hispanoamericano. Lo único que falta para el cierre con broche de diamante es el Premio gordo, el Kino de las artes escritas: el premio Nobel de Literatura. ¿Cómo es posible que no se le haya otorgado todavía? ¿A qué están esperando? Ya tenemos un premio Nobel en fisiología o medicina en 1980: Baruj Benacerraf, por sus contribuciones a la inmunología, que está vigente y preocupa mucho hoy. Tenemos otro nominado también por méritos científicos: el noble galeno Jacinto Convit, por sus investigaciones y lucha contra la lepra y otras enfermedades tropicales. Ahora nos falta al menos un Premio Nobel de Literatura. No hay que buscar nombres de escritores, que los hay y de los buenos, también es cierto que muchos han escrito durante toda su vida y a algunos no los han premiado. Sin embargo, la diferencia estriba en que no hay que perder tanto tiempo y esfuerzo; sin más discusión le corresponde a Rafael Cadenas. Si son insuficientes tantos premios y distinciones recibidas por el veterano escritor, entonces agregaríamos un argumento más para aumentar la montaña de sus victorias versus el anonimato; se trata de Luis Miguel Isava (2022), doctor en Letras, académico de la Universidad Simón Bolívar y de la Universidad Libre de Berlín (Alemania), que afirma que la obra poética de Rafael Cadenas es “…un homenaje a la existencia, al lenguaje, a la escritura, a la poesía, pero también un homenaje al idioma español”. En el caso de nuestro gran artista cabría preguntarse ¿La poesía riñe contra la política o la ética?. Ex comunista, gracias a Dios, férreo defensor de la democracia y contra la injusticia social, el bueno de Cadenas siempre ha mostrado una conducta pública para defender tales valores universales que la mayoría cobijan. En la otra esquina del cuadrilátero pacífico de las letras, está otra especie de artistas; aquellos que se hacen de la vista gorda, no reparan en las injusticias o son genuflexos a las ideologías.
Legado poético. Don Rafael Cadenas ha producido un inmenso aporte invaluable a las letras criollas con su profusa producción de obras maravillosas. No esconde su pensamiento crítico sobre la literatura actual ni sobre la realidad del país. En 2013 dijo que “en literatura nada es fácil, sé cuánto cuesta escribir. De ahí mi admiración a los que usan bien el idioma dentro de cualquier género”. Los que escriben poesía los últimos años saben hacerlo sin cometer errores, “…pero sus creaciones son para lectores de poesía, no pasan de allí. No les llegan a la gente, lo que se debe a la poca preparación de millones de venezolanos”. Estamos de acuerdo con él, la poética al igual que toda manifestación artística, la filosofía o la ciencia debería ir dirigida a todos, no exclusivamente para expertos o adeptos. Respecto a nuestro país afirmó sin temor que “estamos en manos de un gobierno cuyo propósito es destruir el país que conocemos”. Asimismo ofrece la alternativa a esta dura realidad nacional: “Urge instaurar la normalidad, que sólo puede ser democrática”. Todo esto acusa el fracaso de la educación en manos del socialismo con su afán destructivo de los valores nacionales que tanto han costado; del estado de anormalidad, anomia y alienación del país. Para finalizar, he aquí un hermoso poema del laureado larense, que sintetiza la estrecha relación comparativa entre la vida y la poesía, titulado “Una isla”(1958): “Si el poema no nace, pero es real tu vida,/ eres su encarnación. /Habitas /en su sombra inconquistable./ Te acompaña/ diamante incumplido/”.
Ramsés Uribe, profesor de la ULA
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22-11-2022