Razones y pasiones: Preocupación

Eleazar Ontiveros

Por: Eleazar Ontiveros Paolini…

Con mucha preocupación hemos oído entrevistas hechas a diputados de la oposición, en donde al preguntárseles si estarían aspirando a ser candidatos a alguna gobernación, no contestaron, como era de esperarse, con un ¡NO! rotundo, sino que divagaron eludiendo una respuesta clara, definitoria de su posición.

Si bien el hombre es el único animal que tropieza con la misma piedra, es bueno recordar que los firmes propósitos de cambio que ha venido manejando como argumentación la MUD desde su instalación, llevan implícito el que no se pueden seguir cometiendo los mismos errores del pasado, producto muchas veces de ambiciones personales que repercuten en el todo; esos que determinaron el derrumbe de la democracia y de los partidos, dando paso a la amarga experiencia del chavismo.

No debe permitir la MUD que los diputados sean candidatos a las gobernaciones y en ello las organizaciones políticas que la conforman, deben ser contundentes, pues se trata de su militancia. Ellos fueron electos para cumplir funciones en la Asamblea Nacional por votación mayoritaria en cada caso. Dejar de hacerlo por ocupar otro cargo es faltarle el respeto a los electores que los favorecieron y que los eligieron para cumplir el papel de diputados por cinco años y no para que dicho cargo sirviera de trampolín para concretar nuevas aspiraciones. Por otra parte, se debe lograr la mayor diversidad en los cargos de carácter público, evitando esa vieja práctica del monopolio indispensable que definieron los partidos, menospreciando el amplio espectro de dirigentes y de líderes regionales, en especial los que emergen con mayor éxito y posibilidades.

Lo anterior no es algo que emana de un personalísimo criterio de quien escribe. No. Resulta de haber pulsado en muchas conversaciones informales las opinión que se tiene sobre el particular, coincidiendo la generalidad en que tal práctica no es aceptable, pues sólo traduce la satisfacción de aspiraciones personales y porque esa vieja e inconveniente práctica resulta, casi siempre, de decisiones de los cogollos que por indolencia, displicencia, conformismo o inconvenientes acuerdos basados en todo tipo de intereses, incluyendo los nepóticos, económicos y de distribución de poder, lo deciden, dándole la espalda al electorado, ahíto ya de ser manipulado.