Razones y pasiones: Se cierra el cerco

Por: Eleazar Ontiveros Paolini… 

El cerco social al Presidente que surge del crecimiento exponencial de la insatisfacción, de la inseguridad, de añorar un pasado que el Gobierno hambreador ha calificado de depredador (“El ladrón juzga por su condición”) y  de percibir con desasosiego que se amenace día a día sin objetivos claros que permitan vislumbrar un futuro mejor, viene  apretándolo, tal como una boa constrictor tensa inmisericorde sus anillos alrededor de la presa, sin siquiera la posibilidad de que su ángel protector, la fuerza armada, pueda hacerlos ceder en su intento.

Nada en la vida es gratuito ni surge por generación espontánea. Todo efecto es  producto de una causa. Y lo anterior tiene como fondo, como causa, el ensimismamiento autocrático que Maduro heredó de su comandante supremo, con lo cual siguió sumergido, a pesar de no contar como su mentor con los fajos de billetes verdes para repartir dádivas y vender sus “verdades”, en la inapropiada consideración de que toda acción, todo procedimiento revolucionario “tiene una razón superior de ser” y de que “no hay razones válidas” para contradecirlo. Así, ha transitado un tortuoso camino en donde obvió mucho de lo que podía hacerse, sometiendo a una degradación humillante a la mayoría de los venezolanos, incluido el pueblo chavista, y protegiendo por su incondicionalidad  y adulancia a los adláteres que conforman la cúpula gubernamental y partidista.

Es indudable que si el Presidente tuviera un poco de sindéresis y dejara de lado su enfermiza obcecación, optaría por lo más razonable: permitir y hasta aupar que ese pueblo al cual ha engañado, se exprese como lo crea más conveniente dentro de la legalidad,  en procura de normalizar la vida del país. Con tal actitud hasta ganaría un poco de aprecio y su partido tendría la oportunidad, después de perder el privilegio de gobernar, de recomponerse y no seguir arramblado por el naufragio político.

Si con cierta humildad se detuviera a analizar los números que obtenidos por encuestas reflejan sentimientos, ya debería haber ordenado a sus fámulas de CNE se llamara a la recolección del 20% de las firmas para hacer definitivamente el referendo. Veamos: entre el 80% y el 85%  consideran  muy mala su gestión; 94% cataloga de negativa la situación del país; un 60% manifiesta que votaría por la revocación; y los partidarios de PSUV, que están entre el 30% y el 35%,  en un 50%, es decir, la mitad, dicen no confiar en Maduro.

El tiempo y la historia son inclementes: de la tiranía y el despotismo nace la libertad, esa libertad que pronunciaron los venezolanos que atropelladamente, como queriendo salir de la asfixia que los ahoga, pasaron a Colombia masivamente.