Por: Eleazar Ontiveros Paolini…
No utilizamos esta la columna para considerar lo concerniente a la Constituyente, ya que la remitimos al periódico el jueves pasado, es lo establecido, sin conocer los resultados de la misma.
Nos detendremos, entonces, a mostrar una importante comparación, partiendo de la consideración de que ella es la acción de detallar las semejanzas o diferencias que presentan elementos con cierta similitud, ya que es absurdo comparar elementos disímiles. En este caso, dado lo significativo, lo haremos, basados en información ampliamente difundida, comparando los actuales miembros del TSJ desde el punto de vista de su formación y currículo, con los seleccionados por la Asamblea Nacional, pues el caso ejemplariza los preceptores que tenemos y los que queremos tener, convencidos de que la conducción del país deben tomarla en sus manos hombres con la mejor preparación, erradicando la demagógica postura de que cualquiera puede ocupar cualquier cargo, execrando con ello el servilismo compensatorio de las deficiencias.
Pues bien, es bueno recordar en principio que para ser magistrado la Constitución establece en su artículo 263, entre otros aspectos los relacionados con su formación y actividades: haber ejercido la abogacía al menos durante quince años y tener título universitario de postgrado; o haber sido profesor universitario en ciencia jurídica durante quince años y tener la categoría de titular; o haber sido juez superior en la especialidad correspondiente a la sala para la cual se postula, con un mínimo de quince años de ejercicio de la carrera judicial.
Recordada esa disposición constitucional, veamos la joya comparativa en cuanto a la formación y actividades requeridas de los magistrados, sustentada en datos que hablan con contundencia. Entre los nuevos magistrados del TSJ (los designados por la Asamblea) hay 42 maestrías, 28 doctorados, 68 especializaciones, entre las que destacan: Derecho Internacional, Constitucional, del Trabajo y Derechos Humanos. También 12 de ellos hablan 3 idiomas y 10 son bilingües (inglés y francés). Tienen 384 años acumulados de docencia universitaria y 73 libros publicados, más de 200 foros y 5.000 horas en juicios multidisciplinarios con sentencia. Entre los nombrados por la Asamblea Chavista en 2015 solo hay 7 maestrías, 0 doctorados, 15 especialistas, 15 libros (solo 3 con ISBN. Estas siglas indica: standard book number. Es decir, número estándar del libro o número de identificación. Si un libro no tiene registrado legalmente su ISBN, no es reconocido internacionalmente), 2 no terminaron el curso de inglés, 11 se dice que tienen expedientes (nacionales e internacionales), 25 años entre todos de experiencia y 1.700 horas de juicios con sentencia.
La comparación hecha nos permite ratificar el hecho de que si bien la naturaleza hace a los hombres semejantes, la formación intelectual es un don que establece diferencias, dándole la verdadera arma, la de la sindéresis, para acometer la conducción social objetivamente y, en consecuencia, erradicar los prejuicios como guía en la toma de decisiones… ¡Compara y juzga!