Regresando a África

Por: Germán Rodríguez Bustamante…

 El descubrimiento de América realizado por Cristóbal Colón en 1.492 y la posterior conquista por parte de españoles, portugueses e ingleses generaron efectos en otro continente. Aunque separados por el Océano Atlántico con desarrollos históricos, sociales y económicos completamente distintos, a partir de siglo XVI se produce un acercamiento entre América y África. La conquista del nuevo continente y el aprovechamiento de las riquezas, requería de mano de obra para la explotación económica de vastas tierras. Tristemente se inicia un proceso histórico de esclavitud, mediante la cual millones de africanos son forzados a cruzar el Atlántico para luego ser vendidos a los colonizadores de América. Los tiempos han cambiado y los efectos económicos en los continentes son totalmente distintos.

El continente americano experimento bonanzas de crecimiento global superiores a los vividos en África en los años siguientes a la conquista. Un poco más de 500 años pasaron para que algunos países del sur del Sahara, presenten cifras de crecimiento económico superiores a la economía global. En los últimos tres años la economía global ha crecido a razón del 3.30 % en el 2.017, 3.00 %  2.018 y 2.40 % 2.019; con una caída estimada del -5.20 % para el 2.020, producto del efecto de la pandemia. Mientras América Latina y el Caribe muestra tasas de 1.90 % 2.017, 1.70 % 2.018 y 0.80 % 2.019, esperando una caída del -7.20 % en el 2.020. Las naciones al Sur del Sahara crecieron a tasas del 2.60 % 2.017, 2.60 % 2.018 y 2.20 % 2.019 y una caída del -2.80 % en el 2.020. Las cifras dejan claro que algunos países africanos están gestionando de forma más eficiente su economía.

De ser un continente sin esperanza, en los últimos 10 años ha avanzado significativamente mostrando un nuevo amanecer. En el año 2.019 Ghana mostro la mayor tasa de crecimiento económico del planeta con un 8.80 %, seguidos por Etiopía 7.70 %, Costa de Marfil 7.50 %, Senegal 6.70 % y Tanzania 6.60 %. Atrás quedaron las economías africanas más grandes como  Nigeria y Sudáfrica con crecimientos modestos. En las décadas 80 y 90 los africanos padecieron desastres poco alentadores, por la combinación de guerras civiles, golpes de Estado, pandemias y fragilidad económica que los tentaron a abandonar su continente, algunos se fueron, la gran mayoría aposto por su País y los resultados están en cifras.

Las altas tasas de crecimiento están impulsadas por una combinación de factores interrelacionados: la recuperación de los precios de los recursos naturales, mayor acceso a los mercados de capitales, inversión extranjera y la incorporación de la población en el desarrollo de los países. La globalización es el contexto en el cual se produce dicho crecimiento. La interconexión creciente de las economías de unos estados nación antes bien delimitados, el efecto del fenómeno de la trasmisión instantánea de ideas, acontecimientos y cultura a grandes distancias, gracias a los medios tecnológicos, y el impacto de esos procesos en los entornos locales. Para ejemplo África tiene más de 700 millones de usuarios de teléfonos móviles, mayor a Estados Unidos y Europa. El incremento de la inversión extranjera directa en las economías de los países africanos, en las dos últimas décadas ha sido uno de los principales canales de la globalización y sus efectos en el continente.

La inversión extranjera busca nuevos mercados, menos saturados, más seguros y con potencialidades de crecimiento sostenido. Los mercados emergentes de América Latina siguen siendo atractivos, pero sus expectativas de crecimiento afectan la disposición de los inversionistas globales. Ante la presencia de la pandemia global que resultara en una recesión mundial, las estimaciones muestran a África como el continente con menores efectos económicos. Desde el petróleo hasta los minerales y, cada vez más, la tierra, la inversión extranjera directa encuentra en los mercados africanos la satisfacción de sus intereses. Por ello se apuesta a la estabilidad política como condición esencial para mantener el flujo de recursos.

Mientras esto ocurre al otro lado del Atlántico, en América Latina, estamos retrocediendo a tiempos del África de las guerras civiles, conflictos y fragilidad tanto económica como política. Entorno poco atractivo para la inversión extranjera necesaria para la recuperación del crecimiento. Venezuela es la oveja negra del hemisferio, la revolución nos llevó al África Subsahariana de inicios del siglo XX, una Nación primitiva con perspectivas elementales de sobrevivencia. El profundo grado de deterioro en la infraestructura general, no deja duda alguna de la condición de miseria del País. Tristemente los militares tienen el poder de las armas y deciden quien ocupa el poder.

El ejercicio ridículo de defensa integral en contra de una supuesta invasión extranjera, utilizando artillería en desuso y totalmente obsoleta, nos lleva a recreaciones fantasiosas y desdichadas de guerras imaginarias. La Encovi 2.019-2.020 desnuda una Nación africanizada de la peor época del continente. El informe de la ONU, refleja la crueldad de la Tiranía para sostener el poder. La conquista de nuestra Libertad continuará, debemos apostar por una salida urgente de esta pesadilla, antes que los barcos de esclavos salgan de Venezuela como mano de obra barata, ofrecida por el régimen para cumplir con los compromisos asumidos, para mantener los privilegios, que aseguran la holgura de la burbuja de confort.        

gguillermorb@yahoo.com

@germanrodri

@germanoveja