Renuncia, revocatorio, enmienda, abandono

Por: Fernando Luis Egaña…

En Venezuela hay un consenso en formación sobre la necesidad de que haya un cese constitucional al desgobierno de Maduro. Pero en lo que aún no hay consenso es en la vía para lograrlo. Hay diferentes opciones que consagra la Constitución de 1999. Todas se estarían analizando. Unas son más trabajosas que otras, y la mega-crisis del país apremia.

Se plantea el referendo revocatorio y la enmienda constitucional para acortar el mandato presidencial. Voceros reconocidos de los sectores opositores se han pronunciado a favor de las mismas. El problema que observo al respecto, es que su realización podría tomar mucho tiempo, y su aplicación práctica estaría subordinada al parecer del TSJ, es decir a los intereses de la hegemonía que Maduro representa. Lo que sin duda no es auspicioso.

El primer intento de revocatorio presidencial demoró más de un año en poderse realizar. De hecho, desde las primeras firmas recolectadas –y luego no reconocidas, hasta la fecha referendaria, transcurrieron 16 meses. El tema de la enmienda puede ser transmutado en un enredo leguleyo de marca mayor. Si es que ya se habla de dos y tres enmiendas.

La Constitución también prevé el abandono de cargo como causal de falta absoluta. Y prevé que es declarado como tal por la Asamblea Nacional. Una situación que debe ser considerada con mucha atención y con todo el sentido de la gravedad de la realidad venezolana. Por otra parte, la Constitución permite la destitución decretada por sentencia del TSJ, lo que luce imposible en la actual configuración del poder.
¿Y la renuncia? Pues se trata de un mecanismo plenamente constitucional. ¿Maduro quiere renunciar? Obviamente que no. Pero ello no es una razón válida para descartar la renuncia. Para lograrla, hay que luchar por ella, hay que concientizar al país sobre su conveniencia, hay que presionar social y políticamente. Sólo así se podría convertir en realidad concreta. Si no, no.

¿Pueden recorrerse varias vías en paralelo? Por ejemplo, activar el revocatorio, presentar la enmienda, plantear la renuncia… En teoría sí. Pero en la dinámica de los hechos, se podría crear una fragmentación que terminara debilitando a los mecanismos constitucionales para el cese de Maduro. Y lo más importante es que eso se produzca. Que el país pueda abrir una nueva etapa. Que haya la capacidad efectiva para levantarlo de su postración.

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