Por: Germán Rodríguez Bustamante…
En el marco de la coyuntura actual influenciada esta por el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, los precios de las materias primas crecen y particularmente el petróleo, fundamentalmente por el peso de la producción petrolera rusa, sometida en este momento a sanciones occidentales. Los operadores internacionales rebuscan en todo el planeta, los rincones donde exista una posibilidad cierta de obtener un suministro seguro y confiable para mitigar el alza de precios. El crecimiento de la economía global después de la pandemia es una realidad, a pesar de las presiones inflacionarias existentes. Venezuela aparece como una opción, sin embargo, el cumulo de errores y mala gestión de la última década, incorpora muchas dudas sobre la seguridad de la recuperación de la producción petrolera.
El levantamiento parcial del algunas de las sanciones que Estados Unidos impuso sobre Venezuela, puede modificar el panorama geopolítico de la región y también del país, situación que incluso podría extenderse hacia su principal motor económico: la industria petrolera. Esta medida pudiera permitir elevar la producción con la participación de inversión internacional en el sector, aunque solo se lograría aumentar en unos pocos cientos de miles de barriles en el corto plazo. Fundamentalmente por las condiciones precarias de la infraestructura física, sometida a canibalismo industrial y desidia operativa.
Gran parte de las instalaciones petroleras fueron convertidas en chatarra, picadas a punta de sopletes y vendidas en el marcado internacional como escoria. Difícilmente muchas de ellas podrán mostrar una nueva cara, sin las inversiones requeridas para su recuperación total. La producción petrolera se ha venido rescatando lentamente en los últimos meses, con un pequeño retroceso en mayo de este año. La recuperación de la industria requiere grandes esfuerzos financieros en este momento, para mejorarla sostenidamente en el mediano plazo.
El alivio de las sanciones de Estados Unidos está ligadas al retorno del diálogo entre el régimen y la oposición venezolana para destrabar el futuro político del país. Obviamente esta es una señal fundamental para recuperar la confianza y que los inversionistas valoren su disposición de arriesgar en el país. Esta oportunidad no puede verse como una bocanada de aire para una industria tísica, por el contrario, debe aprovecharse la coyuntura para realizar las inversiones necesarias, con visión de mediano y largo plazo. No puede ser la ocasión para maquillar y lograr algunos cientos de miles de barriles diarios que alimenten el inestable flujo de caja del país.
La administración Biden ha señalado que está dispuesta a aliviar sanciones, si hay concesiones políticas. Washington ya retiro a un familiar del entorno cercano de Maduro de la lista de sancionados y permitió que Chevron Corp. negocié con PDVSA. Las aproximaciones entre el régimen y la oposición reconocida internacionalmente, continuaran con el objetivo de buscar terrenos comunes para financiar proyectos sociales, en virtud de la crisis humanitaria compleja que padece la nación.
Existen intereses comunes entre la administración norteamericana y el régimen, por un lado, los americanos necesitan restituir su influencia en Venezuela y asegurar algún goteo de petróleo, y por el otro lado, el régimen que encabeza Maduro requiere desesperadamente, que las sanciones se alivien para acceder al mercado internacional y proteger a actores políticos específicos. Indudablemente la flexibilización de las sanciones podrá mejorar las condiciones para un incremento de la producción petrolera, pero jamás llegar a los 2.000.000 de barriles diarios prometido por Maduro a finales del año pasado. En el mejor de los escenarios Venezuela alcanzó una producción promedio de 800.000 barriles de petróleo al día y sobre esa base optimista alcanzar los 2.000.000 indicaría un esfuerzo de producir 1.200.000 barriles adicionales, cosa que luce literalmente imposible que se alcance en un año. Nunca la producción petrolera de Venezuela, ni en su mejor momento, llegó a aumentar más de 300.000 barriles diarios por año.
La recuperación de PDVSA pasa por una evaluación seria de la industria y sus instalaciones. Determinar cuáles áreas son más favorables para aumentar producción, existen infraestructura totalmente destruidas y saqueada. De las cuales se han llevado todo: los cables, los instrumentos, los equipos, los motores, hasta los bombillos. Todo eso requiere inversión muy difícil de lograr, prácticamente hay que evaluar cuáles son las áreas donde inmediatamente se puede recuperar la producción, pero bajo unas condiciones de alta inversión y personal altamente calificado, desafortunadamente ese recurso es muy escaso en este momento en el país.
Venezuela tiene reservas, pero están en el subsuelo y hay que extraerlas, y para aprovechar la coyuntura actual del mercado petrolero, hay que tener no solamente reservas, sino también la capacidad de producción. El régimen venezolano secuestró a PDVSA para financiar programas sociales y una gran variedad de gastos gubernamentales con muy baja inversión productiva, este patrón de gasto fue insostenible. Pero los efectos financieros sobre la industria son más que evidentes. Agotada la capacidad de contribución para el desarrollo social, el cadáver industrial avanza al fondo. Lograr su recuperación requiere de un plan de inversión agresivo, ordenado y transparente para mejorar la infraestructura de soporte de la industria. Algunos daños son irreversibles, la evaluación de la industria en su conjunto es fundamental para precisar el monto, las intervenciones y las instalaciones susceptibles de mejorar.
La recuperación de la empresa no será tarea fácil, y existen muchas dudas sobre la capacidad y cualidad de los ejecutivos actuales para poder afrontarla. La corrupción es un virus que ha hecho metástasis en toda la estructura de gestión de la industria y el ministerio de energía, llevándola a un estado de profundo colapso. En conclusión, existen dudas fundadas sobre la posibilidad segura de revivir a PDVSA.
@germanrodri
@germanoveja
4-7-2022