Sistemas electorales no competitivos

Por: Germán Rodríguez Bustamante…

Para la teoría democrática liberal, las elecciones competitivas son la base fundamental de las democracias modernas. Un sistema político dispone de un sistema competitivo cuando en el momento de las elecciones todos los cargos objeto de elección, se disputan entre dos o más candidatos al puesto y con condiciones similares, sin la interferencia de otros poderes. Venezuela se dispone a celebrar elecciones presidenciales en el 2.024 y legislativas en 2.025, bajo condiciones que claramente favorecen al régimen que encabeza Maduro, acentuadas en los últimos días por decisiones que limitan o cercenan la participación de los adversarios. Las conversaciones entre el gobierno y la oposición de poco han servido, no hay respeto a lo acordado. Mientras tanto, persiste la crisis económica que ha llevado a una cuarta parte de la población venezolana a abandonar el país, con la posibilidad cierta que la huida se mantenga, visto el posible desenlace electoral en desarrollo.  

La realidad es más que evidente, el régimen venezolano avanza en la consolidación de un modelo, en el cual a los adversarios y oponentes se les priva de igualdad de derechos políticos, se les ponen impedimentos, se emplea la amenaza o incluso se sanciona por atreverse a decir lo que se piensa. Generando condiciones no competitivas, para que el candidato de la coalición dominante no encuentre oposición, es decir, el modelo no permite elecciones disputadas. Con algunos políticos de la oposición inhabilitados, partidos secuestrados y sin la presencia de observadores electorales profesionales, unas elecciones realizadas en los términos del gobierno dejarían la crisis de Venezuela sin resolver y la mayoría de las sanciones estadounidenses pueden retornar con mayor vigor, lo que amenaza con empeorar la difícil situación económica del país. El impacto podría seguir sintiéndose en toda la región, especialmente en la vecina Colombia.

Maduro y sus aliados, algunos de los cuales temen enfrentar procesos penales en tribunales internacionales y extranjeros si dejan el cargo, están reacios a correr cualquier riesgo de perder las elecciones. En consecuencia, se han alejado de las medidas que podrían permitir unas elecciones genuinamente libres y que podrían conducir al alivio de las sanciones internacionales y a un impulso económico.

El sistema venezolano ha marchado en la construcción de un modelo de partido único o hegemónico, no lo ha logrado debido a su pésima gestión. Sin embargo, la represión y control coercitivo es parte importante de su actuación, para mantener a la disidencia silenciada. Con la judicialización de partidos políticos, controlan una periferia de pequeños partidos secundarios considerados de segunda clase. Estos partidos de segunda clase son una mera burla, una fachada vacía. Sin embargo, estos partidos secundarios y periféricos pueden tener su importancia en algunos aspectos de fondo, por ejemplo, mostrar un simulada y engañosa competencia electoral de cara a la comunidad internacional. Finalizando el periodo de postulaciones, pareciera que todos los candidatos aspirantes pasaron por el colador del régimen, dejando muy poco orificio para se pueda colar algún grano que pueda colocar en riesgo la elección, aunque es posible que algo pueda filtrarse. 

La escena está montada, el régimen no permitirá una competencia por el poder. Consentirá la participación de otros partidos, pero como partidos de segunda clase a los que no se les permite competir en términos antagónicos ni en pie de igualdad. Una fachada de tarifados para decorar el escenario político electoral.  El régimen busca a todo costo que la alternancia en el poder no se produzca. Por ello la narrativa de que, ni por las buenas, ni por las malas. Es decir, se mantendrán en el poder tanto si gusta como si no. Aunque estos desafíos pueden pasarle factura, sobre todo en este momento en la cual la sociedad incluyendo a los receptores de desechos y limosnas están agotados de tanta promesa. La elite y sus satélites disfrutan de lujo y confort negado a las mayorías, la gente lo observa y espera pacientemente las señales, para castigar en las urnas, es posible que el abanico de posibilidades se reduzca a dos o tres, pero la opción puede aparecer. 

La negación de los derechos es un riesgo también para el régimen, los abusos cometidos en el marco del proceso electoral presidencial, son elementos que alimentan las investigaciones en curso en la corte penal internacional. Seguramente para los integrantes de la coalición en el poder, eso poco les preocupa, pero el brazo de la justicia los puede alcanzar, los costos irán creciendo de forma proporcional a los delitos cometidos. Las traiciones también están en el ambiente, cada quien buscara minimizar sus responsabilidades y castigos. La incertidumbre y las sombras lo recorre todo, lastimosamente los ciudadanos de a pie, llevarán la carga más pesada. El camino electoral y pacifico es el único disponible en esta Venezuela actual. Experiencias históricas existen, las transiciones hacia la democracia son traumáticas para todos los actores involucrados, cada uno tiene que hacer sacrificios y concesiones, exigencias y garantías. La posibilidad de una continuidad de este médelo de hambre, exclusión y desolación es inaguantable, la perspectiva de futuro es inexistente para las grandes mayorías.         

Estas desacreditadas y cuestionadas elecciones desencadenarán la turbulencia política más grave en la historia reciente de Venezuela, y es difícil imaginar que las conversaciones prosperen ante la evidencia de los hechos. En esas circunstancias, la miseria económica de Venezuela podría empeorar, exacerbando una emergencia humanitaria ya grave y empujando a más migrantes a unirse a los 8 millones que han abandonado el país, muchos de ellos indocumentados y sumidos en la pobreza. Hay tiempo y es posible que existan elementos y señales que los venezolanos no puedan olfatear ni anticipar, pero la comunidad internacional y la oposición deben hacer algo en beneficio de la gente. Un modelo de elecciones no competitivas en el hemisferio es una señal peligrosa, que pueda hacer imposible el retorno de la democracia en Venezuela.  

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25-03-2024