Sres funcionarios les recordamos usar: Gracias, por favor, Dios le pague, perdone la molestia.

La cortesía es considerada como un valor moral y social a través del cual los individuos actúan de manera respetuosa, bajo las normas de educación, son atentos y cuidadosos al tratar a los demás.

Decir: gracias, por favor, perdone la molestia, en qué puedo ayudarlo, y aquí en nuestras regiones andinas, ese Dios le pague, que es inconmensurable, son frases sencillas de expresar, y que pueden hacer una gran diferencia para provocar, en los otros, una reacción positiva, que nos alegre el día.

La mayoría de los idiomas tienen un equivalente en la forma española “por favor”, por ejemplo en alemán ,“bitte” , en inglés “please”, en italiano “per favore” ; y así, en cada lugar del planeta, sus habitantes saben que la cortesía y los buenos modales, son factores necesarios para la convivencia, y en ocasiones basta con pronunciarlas, acompañadas de una sonrisa, que es el lenguaje universal, para que las puertas se nos abran de par en par.

Hacemos esta referencia para destacar cuán importante es, en las relaciones humanas, el buen trato entre sus integrantes.

No me maltrates.

Últimamente, a raíz de la pandemia y de las medidas que se han tenido que adoptar para tratar de reducir los contagios por coronavirus, los ciudadanos de a pie, los que no portamos salvoconductos, o no pertenecemos a los VIP pero que, en algún momento tenemos que salir para hacer alguna diligencia, nos hemos topado con algún puesto de control, donde sus funcionarios, nos han tratado despóticamente, desconsideradamente. Hemos visto a damas llorando frente a un uniformado, casi implorando urbanidad y respeto. Hemos presenciado cómo ciudadanos intentar explicar las razones del por qué están allí, pero ante la mirada altiva y poco conciliadora de los efectivos, no hay argumento por bien sustentado que sea, que valga de algo.

Una joven que iba en su bicicleta y fue interceptada en un punto de control, ante la manera casi despiadada en que era interrogada, decía con voz temblorosa y llena de importancia.: “Por favor, señor, no me maltrate, yo a usted no le he hecho nada”.

Comprendemos que la tarea que realizan los servidores del orden público, no es fácil de ejercer. Seguro, ellos(a) también tienen los mismos problemas por los que estamos pasando todos los venezolanos. Y sabemos que algunos ciudadanos (a) también, suelen cometer abusos y no respetan las leyes. Pero, justamente por esa razón, es que deberían poner en práctica lo que le enseñaron en su casa cuando su mamá les decía “hijo: salude, de las gracias, diga por favor”. No hay que olvidar los buenos modales y más en estos momentos de tantas dificultades, en los cuales, ser más solidarios, amables y considerados con nuestros compatriotas son acciones realmente importante.

Lo cortés no quita lo valiente.

Afortunadamente, y es justo reconocerlo y aplaudirlo, así como hay efectivos pedantes y mal educados, hay otros que pese a todas las vicisitudes que también padecen en el ejercicio de sus funciones, no pierden el civismo y la consideración hacia los demás . “La regla de oro: “Aprende a tratar a los demás como quieres que te traten a ti”.

Cada día nos enfrentamos a una serie de obstáculos que nos hacen perder la calma y nos restan calidad de vida: sobran los apagones, falta el gas y la gasolina. Sube el dólar sin control, y nuestra moneda se devalúa. Necesitamos alimentarnos bien para mantener el sistema inmune en óptimas condiciones, pero los precios de los alimentos no están alcance de la mayoría de la población. Si a todo este panorama poco alentador le añadimos que entre nosotros, entre hermanos venezolanos, nos tratemos sin cortesía y solidaridad, estaríamos perdidos, pero eso no sucederá y cada uno: hombres, mujeres, niños, ancianos exhibirán su mejor conducta, su expresión más afable , aun en estas circunstancias complicadas. Porque los venezolanos tenemos fama de ser cordiales, hospitalarios y generosos, incluso con los extraños, entonces, ¡mucho ánimo! .Que las terribles circunstancias que vivimos no nos quiten esas virtudes y muchos menos la esperanza de que juntos y en unión de voluntades, recobraremos nuestra fama de alegres y buenos amigos.

Este recordatorio va de manera muy especial a todas las funcionarias(os) quienes deben respetar  y dar el ejemplo de ciudadania y que al parecer se les olvidó hace un tiempo.

Redacción. C.C. 26 julio 2020