Se suele emplear la palabra transparencia para indicar la conducta positiva de los individuos. Se dice que una persona es transparente cuando es sincera, responsable, asume las consecuencias de sus actos, no miente, ni tiene secretos. Por tanto, la transparencia es un valor social que genera confianza y seguridad.
Las personas que tienen la responsabilidad de manejar el destino de un país deben ser muy transparentes. Por ello, los gobiernos son transparentes, cuando informan a los ciudadanos qué están haciendo con los recursos que son de todos. Para ello, cuentan con diversas herramientas, entre ellas, abrir sus datos al escrutinio público.
Los datos abiertos son esa información pública que puede ser utilizada, reutilizada y redistribuida libremente por cualquier persona. La información debe estar disponible en una forma conveniente y modificable. No debe haber discriminación alguna en términos de esfuerzos, personas o grupos que la quieran analizar.
Para que los datos puedan ser considerados como datos abiertos, estos deben ser actualizados, gratuitos (ningún funcionario puede cobrar por compartir información), de libre uso, oportunos, y permanentes; los gobiernos tienen la obligación de permitir a la ciudadanía a usarlos y analizarlos.
Un ejemplo de transparencia, es la publicación de los datos del presupuesto público. Cuando las personas conocen este tipo de información y pueden acceder a ella en formato editable, estarían adecuadamente informados y podrían contribuir con los gobiernos a elaborar aplicaciones informáticas o visualizaciones que facilitan el entendimiento del presupuesto y su impacto en la sociedad.
Si todos conocemos en qué se invierten los recursos es muy probable que aumente la recaudación de impuestos que luego serían redistribuidos en políticas públicas eficientes, como por ejemplo, la inversión en obras y servicios que aumenten la calidad de vida de la población.
También, los datos abiertos pueden ser aprovechados para varios propósitos, desarrollos de aplicaciones, investigaciones, periodismo de datos y control social. Esto significa que no se limitan únicamente al presupuesto, sino a otros ámbitos de gobierno.
Es importante entender que por sí solos, los datos publicados, no mejorarán la transparencia gubernamental, puesto que son datos expuestos en brutos que requieren ser analizados para poder informar a la ciudadanía y al legislativo sobre las acciones presupuestarias. Sin embargo, son un gran mecanismo de empoderamiento para la sociedad civil.
Se sugiere a los gobiernos subnacionales otra manera de rendir cuentas, esto es, incorporando datos abiertos en sus portales web institucionales. No solo decir, qué se está haciendo, como una manera de propaganda política, no basta con subir una foto a las redes sociales cuando se ilumina una avenida, o se corta la maleza en las calles, se requiere profundizar más, publicando cifras, montos, población beneficiada, nombres de funcionarios encargados, etc.
Se espera entonces que el ejecutivo regional y local comiencen a publicar su información en datos abiertos, para demostrar que efectivamente los merideños contamos con gobiernos y funcionarios transparentes.
Redacción C.C.
25-09-2023