Si bien es cierto que viene cumpliendo un servicio, a duras penas, eficiente, con las pocas unidades con las que cuenta hoy día, el mismo es por demás subestimado por los usuarios que lo abarrotan casi hasta el techo, la falta de un control de acceso por parte de los operarios del sistema, provocará en cualquier momento, el colapso total del mismo.
Con el paquete del cobro exabrupto del pasaje urbano y extraurbano implantado por los zares del Sindicato del Transporte, cuyo remedio resultó peor que la enfermedad pues los buseteros lograron su objetivo, les aprobaron el aumento del pasaje deseado, mucho más de lo aspirado, para colmo de males del pueblo, medio mundo usa el Trolebús cuyas escasas unidades transitan sobrecargadas de pasajeros, su aguante estructural mecánico está a punto de colapso, si no se controla a tiempo, el acceso de usuarios, como debe ser, de lo contrario, sin el chivo y el mecate y ahí sí, ni para irse a llorar al valle (Giovanni Cegarra, GC. CNP. 2229).
