Tupé en la ONU

Por: Fernando Luis Egaña…

Tupé significa atrevimiento y desfachatez. Y esos términos se aplican perfectamente al hecho de que Maduro haya ido a la Asamblea de la ONU, en Nueva York, a denunciar las injusticias económicas y sociales del mundo, y a reclamar un nuevo orden para instaurar la igualdad y el desarrollo. Si, el mismo Maduro que tiene a Venezuela sumida en un caos socio-económico, parte herencia de su predecesor, parte hechura de su propia negligencia y de su propio dolo.

Fuera de Venezuela, muy poca gente toma en serio a Maduro, y en particular entre los participantes de la Asamblea de las Naciones Unidas. Pero dentro del país, no se puede tener la misma actitud, porque la mega-crisis no es tema de burlas y subestimaciones, sino de absoluta seriedad. Venezuela se hunde en el abismo y Maduro y sus colaboradores hacen y deshacen para que cada vez se hunda más. La única «respuesta» a la mega-crisis es cerrar fronteras, declarar estados de excepción, y suspender oficialmente las garantías y derechos constitucionales. ¡Vaya «respuesta»!

Si hasta su embajador en Cuba, Alí Rodríguez Araque, declara que deberían producirse cambios económicos y tomar medidas al respecto. Pero nada. Maduro parece estar muy ocupado fabricando conflictos externos, como el fronterizo con Colombia, y tratando de recoger el agua derramada por él y su predecesor en Guyana, como para ocuparse de esas minucias de la escasez, la hiperinflación, la violencia desatada y otras penurias que asolan la vida diaria de los venezolanos.

La verdad sea dicha, gobierno lo que se llama gobierno, no hay en Venezuela. Hay, eso sí, una hegemonía política dedicada a despotizar, depredar y propagandear supuestos logros, en los que ya muy poca gente cree. Pero gobierno en el sentido de equipos administrativos que buscan resolver problemas públicos a través de políticas públicas, de eso no hay ni el rastro. Por eso crece la percepción de desastre y de incapacidad suprema para encararlo.

Percepción que se queda corta, porque no es que haya incapacidad para aliviar la mega-crisis, es que ni siquiera hay conciencia de la misma, al menos en lo que desprende de la retórica de Maduro y sus principales asociados. Por todo ello, causa tanta vergüenza el que vaya a la ONU a pontificar sobre los problemas económicos y sociales del planeta, y a ofrecerse como modelo de sus soluciones, siendo que Venezuela entra en terrenos de crisis humanitaria, en materia alimenticia, sanitaria y de seguridad. Tupé, atrevimiento, desfachatez, o como también se podría decir, irresponsabilidad crasa y supina…

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