Quien creería que un país tan “rico”, con recursos naturales, hermosos paisajes, cálidos lugares, quizás no un paraíso como cualquier puede soñarlo pero si con las condiciones mínimas para vivir decentemente con un sueldo que te alcanzara para comprar y cubrir las necesidades básicas de alimentación, vestido, transporte, y pare usted de contar, pues a ciencia cierta la lista es larga terminaría de esta manera, y quizás este es solo el comienzo… Vendrán cosas mejores o peores, solo Dios sabe.
Recuerdan ustedes la tan renombrada frase, y que hoy en día sigue más vigente que nunca entre los venezolanos “Éramos felices y no lo sabíamos”, aunque usted no lo crea así es.
Frecuentábamos ir al supermercado y conseguíamos productos sin restricciones, tampoco se nos limitaba la compra por terminal de número de cédula; llevábamos una vida normal.
Caminábamos por las calles sin temor a ser parte de las estadísticas de aquellos amigos de lo ajeno, que buscan todo fácil mientras que unos trabajan y sudan, vienen otros y con facilidad se apremian de aquello que a ti seguramente te costó un esfuerzo inmenso obtener.
Recorrer el centro al caer la noche, bajo la luz de la luna sencillamente eso pasó a la historia. Vives pendiente de los cuatro costados, por cualquier lado se puede aparecer alguien, y ya se conoce el resto.
La gente se muere por falta de medicamentos para el tratamiento de enfermedades crónicas, degenerativas, muchas veces familiares recorren 10, 15 y hasta 20 farmacias y en la mayoría de los casos vuelven a casa con las manos vacías, simplemente “NO HAY” aquello que recetó el doctor, ¿será estamos resignados a morir lentamente?.
Basta solo con tomarse el tiempo de caminar por las calles de la ciudad y observar detenidamente los rostros de las personas con miradas caídas, tristes, con hambre; hay pobreza, no hay alimentos; solo queda no perder la Fe.
Si defiendes tus derechos en la calle por alguna causa que consideras justa, te reprimen; pretenden callar la voz del descontento de un pueblo, que pide a gritos ayuda humanitaria.
No hay lugar en Venezuela donde las personas intenten y logren escapar de esta realidad…
JQ