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jueves, mayo 22, 2025

Viacrucis del sueldo de los educadores y la calidad de la educación

En el Centro de Investigaciones Tebas de la Universidad Central de Venezuela desde hace varias décadas se está promoviendo y presentando proyectos de la Dignidad para la educación para cambiarla y para mejorar su calidad. Proyectos que se están en desarrollo en varios países de Latinoamérica, pero en ninguno de ellos se supone la existencia miserable de maestros y profesores.

Más allá de la existencia heroica, la supervivencia impide dedicarse en profundidad a hacer algo tan exigente como cambiar la educación y entrar en su extraordinaria complejidad ya que la educación es mucho más compleja que la medicina, la ingeniería o la astronomía. Se lidia con personas y situaciones que cambian en cada circunstancia y contexto de allí el refrán “cada cabeza es un mundo”; sin embargo, el escenario de las aulas sigue siendo el mismo: un maestro informador enfrentado a unos estudiantes muchas veces aburridos. En la actualidad se habla de calidad educativa muy alegremente sin mirar a fondo al que la imparte sino mirando un proyecto político partidista que en muchas oportunidades ha fracasado por sus impositores por eso hay que volver a la vocación…, a la entrega profesional para, mejorar la calidad y dejar de lado a los aduladores que más que ayudar son oportunistas que no quieren estar en aulas desde muy temprana aparición en campo más delicado de la sociedad como lo es la formación del ser humano. La calidad de la educación es una interacción social y tiene por tanto que ver con la profundización de la democracia, haciendo que las aulas sean ambientes donde se cultive la dignidad, como respeto y reconocimiento, la participación, la solidaridad y el cuido de la diversidad, valores estos que se forman ejerciéndolos cotidianamente. Pero el “maestro” poco puede contribuir a su cultivo cuando se siente excluido y desestimado. Inclusión, respeto y reconocimiento tienen que ver con los sueldos que representen esa estima y respeto. Aca el silogismo de ¡Si poco me pagas, poco me estimas! Estado, Gobierno, partidos políticos, instituciones internacionales han llegado que la educación debe ser la principal inversión social. Pero de afirmar eso a realizarlo hay grandes distancias. El sueldo, además de ser un indicador del respeto y la estima social es, también, un atractivo que tiene cualquier profesión.

Así que los mejores estudiantes, con mayor opción de ingreso a las universidades, lo piensan mucho antes de optar por la pedagogía. Dobles, triples y hasta extras nocturnos son los trabajos del Docente para poder vivir con dignidad; pero pareciera que, el pensamiento de Bolívar es el que más impera en la mente de los que tienen el poder “un pueblo ignorantes es un instrumento ciego de su propia destrucción”. Ahora están en discusión nuevos escenarios y convenios para el trabajo, menospreciando lo que han hecho las universidades por los verdaderos formadores de la sociedad y peor aún le imponen una ideología para poder ingresar a la carrera cuando lo que se debe buscar es el futuro del país, es el avance de nuestro pueblo ya que la elevada inflación que tiende a transformarse en hiperinflación afectará enormemente a los hogares venezolanos; pero el problema no se resuelve con dádivas, se resuelve con verdaderos venezolanos que quieran a su país y cada uno pongamos nuestra cuota de sacrificio para salir del atolladero en el cual nos han metido.

Sólo aspiramos que las discusiones que hoy se plantean en mesas de diálogo no se tornen conflictivas, porque sólo saldrá afectado el más débil “nuestros hijos”. Colega en tiempos de reflexión no te dejes engañar por el brillo del oro, saca tu sabiduría a florecer nuevamente.

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