Wagnerianos  

Por: Ramsés Uribe…

Legado del Compositor.  Wagner ha generado toda una ola de admiración como de desprecio; recordado y apreciado todavía hoy por su contribución a la música de ópera en la corriente del romanticismo alemán del siglo XIX. El Anillo de los nibelungos es una de sus conocidas obras gigantes, denominada Tetralogía porque tiene cuatro obras. En una de ellas, llamada el Oro del Rin, al rey de los nibelungos Alberich le revelan que el oro en su estado natural es inocente e inofensivo y que convertirá en dueño del mundo a quien renegando del amor pueda forjar con él un anillo. El detestable monarca se apodera de la riqueza aurífera y escapa a las profundidades del reino. Este pasaje wagneriano nos retrotrae a la nuestra realidad criolla y pareciera un relato que describe de forma asombrosamente similar al grocero  megarrobo de miles de millones de dólares recientes y pasados del erario público que explica muy bien la grave situación de pobreza y penoso deterioro de los servicios públicos y otras calamidades nacionales.   La manera como  Richard trata al tema de la escena teatral musical mitológica, ha despertado simpatías o rechazos harto enconados. Nietzsche  al principio en su juventud es ferviente admirador de Wagner; luego lo desprecia, le hace mala prensa hasta con panfletos, incluso luego de años del fallecimiento del maestro y mago de Bayreuth;  tal ataque feroz al llamarlo decadente y corruptor de manera parecida a como criticaron al filósofo Sócrates. Por otro lado, Franz Liszt, célebre compositor y pianista alemán lo defiende  con toda la artillería, a capa y espada al afirmar que Wagner es el creador de la ópera alemana o drama musical. Las grandes personalidades de la historia del arte y la cultura universal siempre tendrán detractores como seguidores. Igual en los gobiernos de los países, hay líderes amados u otros despreciados, no precisamente por su bondad, probidad o gestión eficiente. Lo que queda es la gestión buena o mala juzgada por la historia.

 Apoteosis criolla. La gran obra artística monumental wagneriana como obra de arte total porque engloba la música y la voz, la poesía, el teatro con las artes escénicas y visuales, compite con la monumental obra de todo un pueblo humillado y reducido moralmente por la ideología de la izquierda que lastimosamente se está apoderando de Latinoamérica.   

Ya no hay wagnerianos a la vista, no quedan en pie. Han desaparecido de la palestra artística y cultural de Venezuela y quizás de otros países latinoamericanos o del tercer mundo, envueltos en la pobreza material y espiritual.  Se fueron los seguidores del compositor alemán, como se han ido millones de familiares, amigos, colegas o vecinos de nuestro país en una diáspora forzada, en busca de un mejor futuro aunque no siempre lo consiguen. Muchos venezolanos talentosos pueden impactar positivamente al mundo con su diversa cultura para quizás implantarla en un proceso de colonización demográfica sin precedentes en el mundo.

La educación wagneriana. Puede calificarse de muy mediocre y precaria en la niñez del artista alemán. Su primera experiencia artística fue con la pintura de su padre. El taller de artes visuales era un lugar fascinante para cualquier pequeño y más para Richard. El padrastro animó y apoyo la incipiente inspiración artística por medio de su trabajo en el mundo del teatro. Los jesuitas acostumbran bajar de la nube platónica las ilusiones, intereses y deseos de estudiar temas de sus discípulos escolares. Limitaban la ambición natural de cualquier persona, quizás con la finalidad de que fueran gente obediente o sumisa, menos ambiciosos, nada impulsivos y más racionales. Algo así les pasó a los extraordinarios pensadores René Descartes y a Ortega y Gasset; lo curioso es que a pesar del bloqueo psicológico que ejercieron sobre ellos los religiosos educadores, al final, se salieron con la suya: abrazaron el orbe de la filosofía. En Wagner, tampoco funcionó la fórmula de evasión vocacional de los jesuitas. Al final, el párvulo inquieto por el arte hizo su voluntad: ser artista, a pesar de la oposición materna y del resto del mundo. Como siempre ha ocurrido en otros artistas universales, la formación sistemática por medio de la educación es fundamental para el éxito en cualquier disciplina. Un hogar bien constituido y estable hace la otra parte imprescindible para que dé fruto el talento y la creatividad. Las instituciones culturales como el Sistema nacional de orquestas en Venezuela seguro hace la diferencia en el provenir de jóvenes que de otra manera hubieran fracasado en su vida.     

Biografía del artista. Oriundo de Leipzig, Alemania, el niño Wagner tuvo una infancia marcada por la inestabilidad familiar y la muerte paterna. Parecía que no había un hogar estable para el chiquillo. Iba del timbo al tambo, de un tío a la abuela, de aquí para allá sin estabilidad familiar. Al menos, por fortuna tuvo dos padres. Frederick Wagner y luego Ludwig Geyer. El primero, era el padre biológico, de profesión policía y con una clara tendencia al mundo de las artes escénicas; el segundo, el padrastro, un artista visual (pintor) de retratos por encargo, a ratos poeta  y actor de poca proyección.  El infante Wagner, aspirante a artista indudablemente fue influido y motivado por las figuras paternas con sus inclinaciones artísticas. El temprano mundo del teatro y la poesía lo salvaron porque constituyeron su nicho privado de fantasía y evasión de su difícil situación personal. La economía familiar de los Wagner nunca fue tan buena y abundante como el enorme e increíble aumento de bonos y el fabuloso salario de los venezolanos, para decirlo con humor negro. Su adolescencia rebelde e inconformista le acerca a una manera distinta de abordar la formación artística ya que casi no asiste a estudios sistemáticos. Prácticamente es casi un autodidacta del arte de la composición. Sin embargo, logra triunfar pues llega a ser director de orquesta y en el difícil arte de la ópera, su música continúa representándose a la fecha actual. Sí, es posible lograr el éxito contra todo pronóstico, pese a la miseria y la guerra, la enfermedad o la inestabilidad política no se sabe lo que puede lograr un niño, un adolescente en el futuro, que lucha hasta imponer sus ideas estéticas y artistas o emprendimientos con la ayuda de entes que lo apoyen, Dios mediante.

 Profesor de la ULA                       

Correo: ramaseum@yahoo.com

Twiterr: @ramthalneo

22-05-2023