Y… ¿quién se acuerda del mar?

Cualquier rincón de nuestra extensa geografía, está sumido en la misma confusión e incertidumbre que viene reinando desde que el país entró en esta vorágine de hiperinflación, y ahora con las medidas dictadas recientemente por el Presidente de la República Nicolás Maduro , todo parece empeorar aceleradamente, porque muy pocos entienden lo que muy mal se ha explicado.

Pueblos y ciudades de montañas, selvas, llanos y costas, están sumidos en una honda preocupación porque no saben cómo van a sobrevivir y, ante tantos desatinos de todos los sectores involucrados ¿cómo podemos pensar en la reconstrucción de un país que se nos está cayendo a pedazos?

Se acabó la pesca y el turismo

La costa venezolana abarca aproximadamente una longitud de 3.726 Km., extendiéndose a lo largo del Mar Caribe y del Océano Atlántico. Alrededor de 1.700 Km. son playas de arena y 311 son islas. La mayoría de estas costas son el asiento de pueblos que vivían básicamente de la pesca y del turismo. “Se nos vino un mar de leva tan intenso que nos está ahogando a todos”-explica el capitán Gallo- un hombre de mar, nacido en Chuao y quien ahora sufre las consecuencias junto a todos los habitantes por la falta de herramientas para trabajar. Gallo, al referirse al “mar de leva”, quiere demostrar que los altos costos del aceite dos tiempos que se requiere para  los motores de sus lanchas, es incomparable. Que no hay repuestos para los fuera de borda, que los instrumentos de pesca están dañados por el uso, y por la incapacidad de comprar nuevos y que ya muy poca gente se aventura a visitar lugares de playa. “El turismo era una fuente de ingresos importante y ya está prácticamente desaparecido”

El mágico Chuao.

Chuao está ubicado en las faldas de la cordillera de la Costa, atravesado por el río Chuao. No existen carreteras que conduzcan ala región, las dos únicas vías son por mar desde  Choroní  por el oeste o atravesando las montañas que rodean el picacho de Turmero .

Este mágico Chuao donde aún permanecen inalterables las costumbres ancestrales, donde se baila tambor hasta la madrugada en las noches de San Juan .Se cocina el pescado recién sacado de las profundidades del mar sobre un fogón de leña que da para todos los vecinos. Donde las olas besan la orilla y los niños son libres para andar por allí; donde se pescan los camarones en el río; ese maravilloso Chuao está pasando muchas necesidades, pese a que el mar y los conucos cumplen con la misión de alimentar a los pobladores.

La tristeza del capitán

El capitán Gallo, amigo entrañable, el de la sonrisa alegre y dientes perfectos. El hombre fuerte de piel de ébano, el que es casi el jefe de la tribu, ahora está triste.” A mí y a todos los habitantes de esta zona nos preocupa y nos entristece la grave situación en la que nos encontramos. El problema del combustible y las pésimas condiciones en las que se está nuestra flota de peñeros, nos impiden sacar los frutos del mar, para llevarlos a vender. No tenemos dinero en efectivo, y se nos hace difícil comprar otros productos necesarios para la alimentación porque “no solo de pescado vive el hombre”, refiere con ironía.

Nuestras mujeres solían trabajar en  todo el proceso para producir “el mejor caco del mundo”, pero, lamentablemente, también en Venezuela se ha registrado un descenso en los últimos cinco años y Chuao no es la excepción .Total, solamente el mar y el cultivo de la tierrita nos proporcionan la subsistencia”

Lejos del mar

La geografía andina, está lejos del mar, pero ¡cómo nos encanta a los que vivimos entre montañas, echarnos, de vez en cuando, una escapadita para entrar en contacto con ese paisaje de verdes y azules, de arenas blancas y matas de coco que se mecen altivas con la brisa marítima, de horizontes sin tropiezos! sin embargo, hoy en día ¿quién se atreve a una aventura de miles de kilómetros, con carreteras en mal estado y poco seguras. ¿Quién se atreve a montar a su familia en un automóvil para emprender un largo viaje, sin saber si encontrará gasolina, o si por “mala suerte”, aparece algún desperfecto mecánico?, pues muy pocos como lo explica Marcos Castillo, un médico merideño que tenía como una sana costumbre pasar vacaciones en alguna playa de esas maravillosas que tenemos aquí en Venezuela. “No, ya no se puede viajar, es un riesgo que no hay que correr, si en este momento no tenemos nada, al menos hay que preservar la vida y los pocos recursos que nos quedan. Es muy lamentable, pero volver al mar, tendrá que esperar a que lleguen tiempos mejores-dice con nostalgia el galeno. 

Entonces… ¿Qué hacer?

La gran pregunta que nos hacemos los venezolanos ¿y ahora, qué vamos a hacer? Tal vez, la respuesta está en lo expresado por un colega y amigo de la infancia que falleció ayer en Maracaibo, víctima de un cáncer. Enrique Rodríguez Mota, militante del PSUVE, hombre honesto de reconocida conducta moral quien manifestó, en un audio que dejó grabado para la posteridad lo siguiente: “Venezuela, el país más hermoso del mundo, aunque algunos no lo quieran. Los venezolanos con la más bella historia libertaria del planeta. Nuestra geografía, nuestra pequeñas y grandes ciudades, con sus costumbres, comidas, músicas y alegrías, entonces ¿qué hacer? Somos azules, amarillos, rojos, blancos, verdes, pero todos venezolanos. Debatamos las ideas, logremos que nuestros verdaderos dirigentes, busquen siempre los caminos del entendimiento humano. Siempre habrá problemas como en toda sociedad, pero entre todos, podremos resolverlos. No apostemos al caos como solución, busquemos respuestas con inteligencia y sentimientos patrios, sin complejos. Los conflictos sociales las guerras, conocemos sus comienzos, pero jamás sabremos cuándo terminan y cuántos hermanos quedarán en el camino. Podemos debatir nuestros puntos de vista con cordura. Nadie querrá a Venezuela como nosotros. Aquí respiramos por primera vez y este es el hogar que Dios nos dio. Todos hacemos falta ¡Viva Venezuela. Y vivan los venezolanos”

Arinda Engelke