16.4 C
Merida
miércoles, octubre 16, 2024

Yo digo lo que quiero pero con respeto

A juicio del Lcdo. Humberto Atencio, miembro del buró sindical de Acción Democrática y secretario de Contratación y conflicto de FETRAENSEÑANZA a nivel nacional, la impugnación o recurso legal LP01-P-2013-016385 interpuesto contra  nuestro amigo y colega locutor Leo León por el supuesto acto de difamación contra un representante de la gestión gubernamental regional no lo ve como una cosa del otro mundo ya que toda aquella persona y/o funcionario público se debe a su comunidad y no hay nada mas retro alimentadora del proceso como lo es la disidencia  o dicho de otra manera: la Disidencia es forma de un desacuerdo parcial o total respecto de otros criterios individuales o colectivos, con connotación auto excluyente, en ocasiones, con el orden establecido en la sociedad o en alguno de sus ámbitos derivados. Así en sociología, la disidencia equivaldría a la auto exclusión de la pertenencia a un grupo, tales como una comunidad o una institución de la cual se es o se fue miembro voluntaria o involuntariamente. No obstante, la parte y el todo, la disidencia también puede ser dirigida hacia un solo pensamiento, actos o actividades concretas e incluso creencias. Esto quiere decir que lo acontecido en el CAMIULA EL DÍA 28 DE mayo de los corrientes se explica por sí solo y las pruebas con las que cuenta el colega locutor explica que en ningún momento pretendió difamar al ciudadano gobernador, todo lo contrario, en su expresión manifestó que la responsabilidad de la seguridad del Estado recae directamente sobre su máxima autoridad y posteriormente en los ciudadanos. En varias oportunidades he manifestado que la disidencia es la mejor arma con las que cuentan las personas de vida pública, porque le da la oportunidad de verse en el espejo social y de inmediato introducir correctivos ante una aptitud o situación en la cual se pueda ver involucrada la persona. Es por ello que llama al encuentro, al diálogo sincero entre las partes porque la responsabilidad de la conducción de una sociedad  recae en gran medida en sus personajes de vida pública.