El Big Ben Deportivo: Unos la sacan de jonrón ¡Otros botan la bola!

Por: Andrés E. Mora M…

“Si bien es cierto que hasta 112 peloteros criollos estuvieron diseminados en los rosters de los equipos de las Grandes Ligas, fueron 108 los que vieron acción esta campaña y veinticinco quienes consiguieron boleto para la postemporada. Incluyendo a William Cuevas (Medias Rojas) y Franklin Barreto (Atléticos) aunque, por haber sido ascendidos a partir del 1° de septiembre, hayan tenido que devolverlos después. Eso hace que de los 10 equipos que al menos verán acción en 163 juegos este 2018, los Dodgers de Los Ángeles sea el único que no cuente con sangre venezolana en su nómina”, le comenta Incrédulo a su padre, Ingenuo Sinduda, el profesor jubilado de la ULA por el que esta columna siente especial empatía. “Por lo demás, muchos de los nuestros estarán en rol protagónico como fue el caso de Jhoulys Chacín y Germán Márquez, quienes tuvieron la responsabilidad de montarse en la lomita el pasado lunes en lo que fue la histórica doble jornada de desempate jugada por primera vez en la MLB”, agrega el vástago con orgullo.    

“Ambos serpentineros – con campañas tan rutilantes como el refulgente brillo de auténticos lingotes de oro, ¡Qué no, de los ‘lingoticos’ aquellos! – contribuyeron, en buena medida, para que en esta campaña el pitcheo superara al bateo en la legendaria disputa que mantienen los dos desde el momento mismo en que se inventó este deporte”, apunta Ingenuo. “Hasta la jornada del 26/09, los ponches sumaban 40.196 por 40.098 imparables. De tal manera que, a cuatro días del final de la campaña regular, la tendencia es ya irreversible – ¡Tranquilo, que Tibisay no anda por ahí! – por lo que es estadísticamente válido afirmar que, por primera vez en la historia de las mayores, los abanicados excedieron los hits en una temporada completa. Asimismo, el .248 de bateo colectivo fue el promedio más bajo desde 1972, un año antes de la aparición del bateador designado. Y el promedio de .244 de los toleteros zurdos – grandemente influenciado por las formaciones especiales, en las que se colocan a tres infielders cargados hacia la derecha – es el más reducido desde el .242 en 1968, el año previo a que se redujera la altura del montículo”, argumenta Ingenuo haciéndose eco de un artículo leído en el diario Meridiano.

“Sin embargo, la ofensiva criolla nadó contra la corriente y se hizo sentir al darle rienda suelta a todo su poder”, señala el catedrático. “Por primera vez tres venezolanos batearon treinta o más jonrones en una temporada: Jesús Aguilar, 35 con Milwaukee; Eugenio Suarez, 34 con Cincinnati; y David Peralta, 30 con Arizona. Nueve criollos conectaron 20 o más cuadrangulares, dejando atrás la marca de ocho impuesta en el 2016. Y 28 alcanzaron 10 o más batazos de cuatro esquinas, quedando a solo uno del record logrado la campaña pasada. Lamentablemente, los imponderables del juego no permitieron que se sumaran más criollos a la lista. Las lesiones marginaron esta temporada desde temprano a Miguel Cabrera, quien tiene 10 temporadas con 30 o más bambinazos, y a Pablo Sandoval, quien se quedó con nueve vuelacercas. Luis Valbuena, con 9 estacazos también, fue dejado en libertad por el equipo de los Angelinos de Los Ángeles”, indica el docente ulandino al momento que Incredulina, su esposa, se incorpora a la tertulia que tiene con su hijo.

“Mientras nuestros Grandes Ligas la sacan de jonrón, el régimen bota la bola”, expresa la perspicaz dama a propósito de las notas musicales que, de a poco, inunda la intimidad de su hogar que cae rendido ante el pegajoso ritmo de ‘Un solo Pueblo’ y la portentosa voz de Francisco Pacheco dándole vida a la jocosa letra de la canción escrita por Jesús Rosas Marcano, una de las tantas canciones populares compuestas para esa agrupación por el recordado poeta y compositor margariteño, y que cuyo estribillo es un llamado de atención, una crítica, a la mediocridad y lo mal hecho:

♫ Botaste la booola

botaste la bola

botaste la bola negro

botaste la bola ♫

“Y bota la bola porque no hay nada más mediocre que la mentira, y continuará botándola porque desde siempre ella ha sido el principio y fundamento que lo mueve. Es su dogma. Con engaños tomó el poder y con artimañas ha permanecido en él. Con patrañas evadió el mandato constitucional del referéndum revocatorio, implantó la ANC y reeligió al ilegítimo”, expresa con maestría la dama para con pocas palabras diagnosticar, de manera rápida y contundente, la mitomanía de la que padece el régimen.

“La insolencia de su falsedad llega al extremo de que en el ‘Instructivo Aplicación a Convenciones Colectivas en el Marco de la Reconversión”, se lee en el punto cuatro de los ‘Criterios Generales a Aplicar…’ que ‘Los acuerdos con los trabajadores, son sagrados para el gobierno revolucionario’. Cínica aseveración cuando con la implementación del nuevo salario mínimo, todas las Convenciones Colectivas fueron derogadas de un solo plumazo. De hecho, el gobierno de facto dinamitó, sin contemplaciones, la III Convención Colectiva Única del sector universitario, echando por tierra la estructura de la tabla salarial del mes de julio de 2018. Acabando con los 4,5 salarios mínimos como punto de partida y las interescalas”, opina Ingenuo. Al tiempo que un inspirado Pacheco le dedica al ‘presidente obrero’ el final del coro:

♫ Botaste la bola negro

botaste la bola ♫

Prof. Titular jubilado ULA – Cronista deportivo       

      aemora@gmail.com, @amoramarquez