Pido la palabra: Periodismo emblema de libertad

Por: Antonio José Monagas…

Elogiar el oficio de periodista, no debe llevar a confusiones que resulten en expresiones que poco o nada hablen de la significación del periodismo.

Celebrar el día del Periodista en recuerdo del alumbramiento del Correo del Orinoco, es propio de quienes viven el periodismo como proyecto y determinación de vida. Aquel hecho que conmocionó la naciente República en 1818, como resultado de la disposición del Libertador de llevar desde Trinidad hasta Angostura una innovadora imprenta, tuvo la revolucionaria idea de divulgar distintas opiniones sobre el acontecer político de entonces de manera de fraguar la conciencia civilista y venezolanista requerida por la causa patriótica. Sin embargo, más allá de la remembranza que el 27 de Junio tiene para el periodismo y los periodistas venezolanos, se hace necesario otra lectura que traduzca reflexiones que inciten actitudes alineadas con las demandas económicas, sociales, políticas y culturales que hoy trascienden el ámbito geográfico de este país llamado Venezuela.

El periodismo se celebra asimismo todos los días. Así que elogiar el oficio de periodista, aunque responde a otra intención, no debe llevar a confusiones que resulten en expresiones que poco o nada hablen de la significación del periodismo. En principio, debe tenerse clara su concepción. De lo contrario, podría correrse el riego de caer en vaguedades sin sentido alguno. De forma tal que aludir a un periodismo delimitado por valores que llamen la honestidad o la responsabilidad, es simplemente pecar de reiterativo en medio de confrontaciones que aclaman estos valores sin mayores resultados fácticos. Primeramente, debe entenderse que las realidades son complejas. La complejidad, diferente del carácter de complicación propio de toda situación en permanente desarreglo, está estructurada por la sumatoria de variables que exaltan la naturaleza epistemológica, deontológica y ontológica de toda consideración que toque al hombre en cualquiera de sus manifestaciones al momento de éste interactuar en lo político, social y en lo económico. Incluso, en lo ideológico.

No obstante, hay también maneras algo llanas para destacar la complejidad de la cual se reviste todo proceso y realidad que involucre al hombre. La comunicación es uno de ellos. Sobre todo, si compromete al periodismo como complemento del proceso de socialización por el cual todo colectivo, grupo o sociedad permite informarse con el propósito de tener el mejor, oportuno y veraz conocimiento de las realidades por donde ha de transitar y decidir su vida. Por eso, el periodismo, es mucho más que la comunicación. Aun cuando se le endilgue el carácter social. Pero a pesar de ello, el periodismo rebasa sobradamente cualquier intención de comunicar entre factores que integren el mundo.

Decir que el periodismo se celebra asimismo continuadamente, es tanto como explicar todo lo que su praxis envuelve. Así que manifestarlo con tal elocuencia, es al mismo tiempo exaltar la naturaleza del ser humano dado el carácter iterativo que en términos de su conducta y su inteligencia, lleva a relacionarlo exponencialmente con sus pares, condiscípulos, coterráneos, colegas, vecinos, familiares, amigos y compañeros. En el epicentro de dicha relación, se suceden hechos que tocan el ámbito político, económico, social, religioso, militar, científico, tecnológico, humanístico, deportivo y artístico. El interés que cada una de las diferentes actividades despierta en el conglomerado, se convierte en causa de noticia. Por esta razón, el periodismo emerge para entonces prenderse de las mismas con el propósito de encauzar la información que pueda convocar las reacciones necesarias a fin de insuflarle fuerza a los hechos acontecidos.

Afirmar que el periodismo se celebra asimismo en el tiempo y en medio de cualquier espacio, es reconocer en la praxis su infinita capacidad para mediar intereses y necesidades que determinan en el hombre formas de integrarse al mundo en el cual suscribe y reivindica su pensamiento y actuaciones. De ahí que exaltar el oficio del periodista en términos de lo que comprende el periodismo, no es tan fácil como pudiera parecerse. Particularmente, cuando el periodismo se concibe desde la óptica de la política. Para la democracia, es su más apegado aliado pues en su ejercicio le apuesta a todo cuanto derive en su beneficio dado que sus fines llevan la misma dirección. O sea, la consolidación del desarrollo económico y social en concomitancia con la justicia, la igualdad y la solidaridad. Pero en un sistema político cómplice de regímenes dictatoriales, o se junta a sus perversiones o se convierte en su más insidiosos disidente y por tanto más peligroso dado el tenor de sus preceptos de libertad.

De tal modo que el día del periodista debe verse como la oportunidad para exhortar las libertades y los derechos desde los anhelos y principios de la democracia. Por eso deberá reconocerse al periodismo: emblema de libertad.

«Cuando quienes ejercen el periodismo lo hacen a merced de valores fustigados por la dinámica de un sistema político imbuido en el personalismo y la corrupción, su praxis se torna fútil pues se utiliza para alabar equivocadas coyunturas que desdicen del sentido de las libertades fundamentales»

AJMonagas