Descubrir Habilidades, Enfocar la Gracia, Disfrutar la Vida

Por: Salomé Higuera-Morales…

Recientemente realicé una encuesta enTwitter sobre el tema de las habilidades y los talentos, la opción que arrojó mayor porcentaje fue “no los he descubierto aún” con un 45% de votación, “escuché una voz dentro de mí” con 33% de los votos y “mis padres me ayudaron” y “durante la primaria” con 11% de los votos cada una.

Es lamentable que muchas personas, ya de adultos no sepan qué les hace felices, con qué se sienten bien, haciendo qué, sirviendo para qué.

El diccionario de la Real Academia Española define habilidad como “cada una de las cosas que una persona ejecuta con gracia y destreza” pero también que estas “sirven de adorno a la persona, como bailar, montar a caballo, etc.”. ¡Adorno!¿Y a quién no le gusta ser admirado, lograr reconocimiento? (con aquellos adornos). Y es que hay quienes aún no se dan permiso de parar un poco la rutina, el ajetreo, y mirarse dentro de la piel, hacia sí, al pasado, al transcurrir del tiempo, al presente y al contrastar, al quién soy.

El talento, según la misma fuente, es inteligencia y aptitud, entendiendo esta última como la capacidad para el desempeño de algo, y también define el don como “gracia especial o habilidad para hacer algo”, un regalo.

Haber recibido un regalo en nuestra constitución genética, que nos adorna, que solo nosotros podemos, sabemos y somos capaces de hacerlo con gracia de una determinada manera es una cosa que todos deberíamos tener presente desde nuestros primeros años de vida. Lo sé, en el colegio nos dan las mismas clases a todos con diferentes habilidades, talentos y dones, por eso quiero recordar a Howard Gardner y sus inteligencias múltiples, quien define la inteligencia como la capacidad de resolver problemas oelaborar productos que sean valiosos en una o más culturas.

Gardner le da otra mirada a la inteligencia, un poco más amplia, la recorre de principio a fin y reconoce lo que todos sabemosintuitivamente, y es que la brillantez académica no lo es todo. A la hora de desenvolvernos en la vida no basta con haber pasado por la mejor universidad con las mejores calificaciones, de hecho, hay gente de gran capacidad intelectual pero incapaz de, por ejemplo, elegir bien a sus amigos y, por el contrario, hay personas que nunca vimos brillar en el colegio y triunfan en el mundo de los negocios, en la medicina, en la psicología o en su vida personal.

Triunfar en los negocios, o en los deportes, requiere ser inteligente, pero en cada campo utilizamos un tipo de inteligencia distinto. Ni mejor ni peor, pero sí distinto. Dicho de otro modo, Henry Ford no es más inteligente que Lionel Messi, pero sus inteligencias pertenecen a campos diferentes.

Descubrir para qué somos buenos y entrar en sintonía con ello se convierte en una fusión seductora que nunca querremos dejar, y si esa mezcla incluye un servicio, habrás conseguido la copa de la vida. Es una decisión hacerlo, pero hacerlo, a veces, cuesta más que solo decidirlo, y si no se decide, muy lejos está esa promesa de seducción.

Suelo conversar con José Antonio Tinto, Doctor en Marketing por la Universidad Complutense de Madrid-España e investigador adscrito al Centro de Investigaciones y Desarrollo Empresarial C.I.D.E, Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de los Andes de Mérida- Venezuela, y en una oportunidad me decía en tono muy jocoso pero muy seguro, que “qué maravilloso sería que en el colegio a quien le gustara la moda; le mandaran a leer sobre moda, a quien persiguiera la complejidad y lo interesante del espacio; le mandaran a leer sobre la luna o las estrellas”. Pero en esa fascinante tertulia, como todas, también recuerdo haberle dicho “no sé por qué hay personas en una tienda, por ejemplo, que no atiende con alegría, con compromiso, con ganas de que el cliente se vaya contento” a lo que el Dr. Tinto respondió “esa gente no está haciendo lo que le gusta”.

Vivir sin un propósito pocas satisfacciones nos da. Hay quienes lo descubren antes porque tuvieron la oportunidad de probar y desarrollar, poco o mucho, durante su infancia visos de desempeño a futuro.

“A medida que vamos experimentando situaciones de vida, vamos descubriendo para qué somos buenos y ello nos ayuda a descubrir nuestras profesiones. La familia juega un rol muy importante, porque es allí y en la escuela donde nos ayudan a descubrirlo, por eso un padre o una madre cuando su hijo dramatiza o imita un personaje, debe apoyarlo y acompañarlo, porque está demostrando sus talentos”.Así cierro con esta reflexión tan asertivaque el padre Luis E. Rojas (Kike), párroco de la Catedral Basílica Menor Inmaculada Concepción de Mérida, Venezuela me confió.

@salomehiguera