La crónica menor: Mons. Raúl Méndez Moncada

Cardenal Baltazar Porras

Por: Mons. Baltazar Enrique Porras Cardozo…

Cada fin de año, rodeado de sus familiares y amigos cercanos, Mons. Raúl, nativo de El Cobre, celebra su cumpleaños con la satisfacción de una larga y fructífera vida, cercana ya al siglo, pues acaba de cumplir noventa y siete, y como la vieja propaganda del Johnnie Walker, sigue caminando tan campante. Cuando se le pregunta cuál es el secreto de su recia salud, responde: «poca cama, poco plato y mucha suela de zapato». Con su porte siempre erguido, delgado y con una mente muy lúcida, es uno de los faros luminosos del clero tachirense de todos los tiempos.

Conocí a Mons. Méndez cuando era párroco del Santo Cristo en La Grita. Pasaba vacaciones en el alero familiar y en los primeros días de agosto, en compañía de los seminaristas tariberos, nos dirigíamos a las fiestas del Santo Cristo. Había que apresurarse para tener posada y condumio en la casa parroquial, donde la bonhomía de su párroco nos llenaba de atenciones. De entonces a acá, ha crecido en mí la admiración de este sacerdote devoto, acogedor, abierto a lo humano y lo divino, cultivador de las letras y la historia, lo que lo hace ser decano y uno de los brillantes académicos de su terruño. Es la memoria viva de una diócesis que tiene menor edad que la suya.

Tuve la dicha de contarlo como mi colaborador más cercano cuando me tocó ser administrador apostólico de la diócesis tachirense. Durante ese tiempo fue mi Vicario General. Su experiencia, consejo y sentido eclesial nos permitió llevar adelante proyectos pastorales y culturales de gran calado. En reconocimiento a sus merecimientos recibió del Santo Padre Juan Pablo II la distinción de Protonotario Apostólico. Hombre fiel a la amistad, me ha honrado con su presencia en momentos estelares de la vida de la provincia eclesiástica.

Su producción literaria, sagrada y profana, es abundantísima y cubre un largo período de más de siete décadas. Un proyecto que recoja sus escritos está por hacerse y formará parte de su herencia para las actuales y futuras generaciones. Próximamente, en coedición de la Academia de la Historia del Táchira, la Universidad de los Andes y el Archivo Arquidiocesano de Mérida, verá la luz pública el libro «Casi cien años de historia viva. Sacerdote Mons. Raúl Méndez Moncada», bajo la autoría del Dr. Ramón González Escorihuela y la Lic. Lucrecia Gómez Castañeda. En Monseñor Raúl su vocación presbiteral ha sido la dulce y confortadora alegría de evangelizar. Que el Señor nos lo conserve en plenitud de facultades para que sigamos bebiendo de su pozo, rebosante de amor y servicio a Dios y al prójimo.