La ilegalización de los partidos

Por: Fernando Luis Egaña..

Las cosas hay que llamarlas por su nombre. En especial las cosas insidiosas. Y es que la hegemonía no satisfecha con haber negado el revocatorio y haber impedido la realización de las elecciones regionales, ahora ha resuelto ilegalizar ilegalmente a los partidos, y montar la tramoya leguleya de un “proceso de validación o legitimación”, que es una manera encubierta de justificar semejante atropello en contra de los derechos democráticos de los venezolanos.

Y tan grave como eso, es que no pocos voceros de la oposición política en vez de denunciar la maniobra con todas sus fuerzas, lo que hacen es aceptarla y tratar de pasar por el embudo de la “validación o legitimación”, con lo cual lo que en verdad consiguen es validar o legitimar la ilegalización ilegal de sus propios partidos… A menos, claro está, que estén acomodados al estatus de la hegemonía, situación en la cual esas “organizaciones políticas” sí serán “validadas”, y se formalizará entonces su condición de “oposición” aceptable para Maduro y los suyos, a criterio de éstos.

El padre Luis Ugalde acaba de declarar que “la ambigüedad sostiene al régimen”. Y tiene razón. Pero la ambigüedad tiene dos planos. Uno es de la hegemonía o la dictadura con disfraz de democracia –por cierto, un disfraz costosísimo para el país, y otro plano son algunos sectores de la oposición política que juegan ese juego de la ambigüedad; unos, quizá de buena pero muy ingenua fe, y otros por intereses de pésima índole.

Lo que está pasando con la ilegalización disfrazada de legitimación lo confirma, por enésima vez. En esos términos se hace bastante cuesta arriba el hacer valer el derecho a la democracia de la nación venezolana. No me agrada decirlo, pero así lo pienso. A Maduro lo único que le importa es seguir en donde está, y no puede ser –o mejor dicho, no debe ser—que desde la supuesta acera de enfrente se colabore en ese sentido.

Por cierto la fórmula de ilegalizar a los partidos, para luego montar un proceso surrealista de “validación”, del cual saldrán validados los aceptables y permanecerán “ilegales” los inaceptables, es una fórmula que ha aplicado Daniel Ortega en Nicaragua. Y no le ha ido mal, porque sigue en el poder, a pesar de ser minoría. Maduro con un rechazo abrumador, está emulando a Ortega y pretende meternos por el mismo aro. Luchemos de verdad para que ello no ocurra.

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