Mérida nuevamente se viste de luto. En esta oportunidad para despedir a un adolescente de 13 años que por múltiples circunstancias decidió quitarse la vida. Una triste realidad que conmueve a todos los habitantes de El Molino, quienes padecen cientos de problemas sociales producto de la crisis humanitaria compleja.
Esto no es un caso aislado, debido a que las cifras de suicido en la entidad siguen aumentando, a pesar de todas las iniciativas que desde las instituciones públicas, organizaciones no gubernamentales y sociedad civil se realizan. Sin embargo, llevar solo las cifras y hacer jornadas recreativas no es suficiente, se necesita planes de diagnóstico e intervención para ayudar a las personas con ideación o intento de suicidio.
Ante esto, los profesionales apuntan a crear un servicio de atención psicológica gratuita para toda la población. Mismo que comenzará en la capital del estado, pero que se pretende extender a otras comunidades vulnerables. Mientras se hace realidad dicho proyecto, es el trabajo de cada uno de los interesados en continuar formándose en escuchar al otro y conocer las últimas investigaciones en el tema.
Hablan los investigadores
En el artículo científico de la Sociedad Española de Urgencias Pediátricas (SEUP), titulado “Autolesiones y conducta suicida en niños y adolescentes. Lo que la pandemia nos ha desvelado” (2023), se correlacionó la conducta suicida o parasuicida con la labilidad o inestabilidad emocional.
En dicha investigación se analizó las consultas por salud mental de una muestra infantil entre marzo del 2019 y marzo del 2021, en el cual se encontraron con un aumento del 122 % del diagnóstico por intoxicación no accidental por fármacos y del 56 % en suicidio, intento de suicidio o ideación autolítica. La edad promedio fue 14,8 años, 90 % del sexo femenino, el 34,9 % sin diagnóstico psiquiátrico previo y con el 57,7 % con conductas suicidas anterior al diagnóstico.
La psicoeducación salva vidas
Los expertos indican que es urgente incluir temas de salud mental e inteligencia emocional desde las aulas de clases. Además de mejorar la atención pediátrica en dicho tópico. Asimismo, identificar conductas suicidas o parasuicidas para poder referir a una atención psicológica especializada.
Es decir, incluir talleres de psicoeducación dentro de los pénsum académicos es fundamental para un mejor desarrollo integral de los infantes y adolescentes. Esto representa una deuda educativa para todos los ciudadanos del mundo, en especial de los países en vía al desarrollo, como Venezuela, en donde las investigaciones de salud mental son finitas y limitadas.
