La salubridad de vacaciones

Por: Bernardo Moncada…

Escribe una colega y muy respetada estudiante de otrora: «Hola amigos, estoy en Maracay que me tocó venir a resolver algunos trámites del apartamento de mi hijo; ayer domingo quisimos ir a Choroní y está cerrada la playa porque el fin de semana varias personas se vieron afectadas por intoxicación, se presume que tiene que ver con una alteración debido a una tormenta que pasó recientemente por el Caribe.»

Un diario de los pocos que conservan su independencia en Venezuela reseña el cierre de las playas en el popular destino turístico, medida que apoyo y lamento no me hubiese impedido pasar con mi familia cinco días que afectaron seriamente nuestra salud, así como la de gran parte del grupo que nos acompañaba en un hospedaje de prestigio en Choroní.

En la medicatura, donde debimos acudir por la violenta deshidratación del primero de nuestros afectados, se nos dijo «Es que el agua que traen en los botellones debería hervirse antes de consumir» (¡!) y ya en tratamiento, de regreso en Mérida, a uno le fue diagnosticada salmonelosis con artritis séptica y a la otra giardiasis severa. El facultativo comentó «Hay brotes de salmonella en las playas pero nadie advierte como es debido a los temporadistas.»

Ante estos hechos que me afectaron personalmente, así como la noticia de unos 20 recién nacidos fallecidos por la falta de higiene en el hospital de Maturín, mi diagnóstico de pseudo médico es que quien se encuentra en el más avanzado estado de gravedad -en coma, diría yo- es la salubridad pública criminalmente desatendida en mi país. El objetivo logrado por médicos como mi padre, imbuidos en una mística de servicio al pueblo, y empleados en políticas de gobierno profundamente comprometidas con erradicar las plagas que afectaban al venezolano, ha sido revertido lamentablemente.

En nuestro intento de vacaciones vimos activos operativos de matraqueo vial, supimos de un hampa diligentemente dedicada a dañar a quien se le pusiera al alcance, mientras que el gran asueto lo está disfrutando el monitoreo y prevención de enfermedades infecciosas, ausente al igual que muchos medicamentos necesarios para combatirlas.

Es que así como tenemos un «Sistema de Injusticia», tenemos algo parecido a un Ministerio de Insalubridad.