Mi salud mental

Por: Rosalba Castillo…

Una de las lecciones que nos ha dejado esta pandemia, es haber descubierto que necesitamos hacer de nuestra salud mental un esfuerzo global, donde podamos tener todos acceso a ella en este mundo tan desigual. Nuevamente este 10 de octubre, hablamos sobre el Día Mundial de la Salud Mental. Se conmemora bajo una campaña que pretende concentrar la atención en la prevención identificación, tratamiento, de trastornos emocionales en las personas. Hay que recordar que la salud de cada individuo es la base para la construcción de vidas plenas y satisfactorias, es una inversión en los presupuestos de las naciones, pero por sobre todo en la felicidad de los ciudadanos del planeta.

Nuestra situación psicológica se ha agrandado debido a los cambios tan determinantes que hemos vivido. La soledad, el stress, y la ansiedad frente a esta nueva pandemia nos tocaron a todos. Niños, adolescentes, adultos, mascotas del  mundo entero estamos atrapados. Este momento nos agarró sin estar preparados. No es fácil dejar de ser permeable ante esta impensable situación. Aumentaron los casos de afecciones y empeoraron las preexistentes Además de las interrupciones significativas de los tratamientos, así como en la atención en los centros de atención de estas especialidades. Someternos al aislamiento social, así como al miedo existente por un enemigo invisible, ha mostrado cual vulnerables y frágiles somos.

El origen de estos trastornos es multifactorial. Factores biológicos, genéticos, psicosociales, ambientales intervienen en su aparición. Estar deprimido no es estar triste, de mal humor o tener unos días malos. Podemos estar enredados en un estado de ánimo negativo. Sintiéndonos desesperados. No siendo capaces de identificar o expresar lo que sentimos. Podemos estar deprimidos y por ello requerimos ayuda UNICEF muestra que la crisis del COVID 19 ha tenido un impacto importante en la salud mental de los más jóvenes de la población mundial, especialmente en América Latina. Un 27% vive con ansiedad, 20%   con depresión y el 47% se siente pesimista. Uno de cada tres pide ayuda a los adultos.  Pero, en contraste dos de cada cinco no solicitaron apoyo. Hoy atravesamos  grandes dificultades. Algunos han sacado lo mejor de sí y muchos otros han sido arropados por la incertidumbre y han   perdido   el camino de sus vidas.

En las Américas, los trastornos neurólogos y por consumo de sustancias representa un 40% de la población, mientras que por el suicidio mueren casi 100.000 personas al año. Esta incapacidad ha sido invisibilizada por todos los agentes externos, incluyendo los gobiernos, médicos y familiares. La mayoría de las personas que requieren de la ayuda no reciben tratamiento. Sin embargo, hay mucho optimismo, al descubrir que todos los gobiernos del mundo reconocieron la necesidad de ampliar los servicios de atención a todos los niveles. Así como que dar a conocer   mediante esta campaña que incluye la producción de materiales con nuevos formatos para cuidado de nuestra salud mental y de otras personas.

El tratamiento preventivo, y en niños garantiza desde la perspectiva económica, un costo inferior, así como desde la mirada social, por los comportamientos de las personas frente estas condiciones. Nuestra salud mental se ha convertido, en la gran pandemia. Por la tanto todos nuestros esfuerzos, tanto gubernamentales como personales, debemos centrarlos en salir de acá lo mejor posible. Es una responsabilidad el acercamiento mediante apoyo psicológico y por sobre todo mediante el amor a aquellos que comparten nuestros diferentes escenarios. Siendo la casa, la escuela, el trabajo, momentos de interacción con los otros.

Se trata de normalizar nuestra salud mental, como la física, hacerla visible y dedicar nuestras mayores iniciativas para lograr esa mejor convivencia que siempre hemos necesitado y solo que hora se ha hecho más evidente dentro de este momento. Hacer el viaje hacia el interior, reconocernos, buscarnos, fortalecernos, validarnos y así hacerlo con nuestra familia.    Es una tarea compleja ya es uno más de los cambios que debemos enfrentar. Apoyarnos con material de lectura, audiovisual, asistir a consultas con especialistas, pero por sobre todo identificar que lo necesitamos. Sin estigmas, sin discriminación. Hagámoslo realidad. Después de una terapia salimos otras personas. El mundo nos necesita otros seres, más conscientes, responsables, felices   y sanos.  La nueva normalidad que nos trajo la pandemia nos lleva a reflexionar sobre nuestra condición de vida personal y grupal. Hagamos de nuestro bienestar mental nuestra prioridad global. Bajémosle al riesgo. Bajémosle la adicción a la tecnología y acerquemos más al corazón y disfrutemos de la calma que produce la naturaleza y el afecto. Descubrámonos más cerca para conocernos.

rosaltillo@yahoo.com

16-10-2021