Mons Mario Moronta:“Que destine los recursos necesarios para que en nuestros hospitales, nuestros médicos tengan lo que necesitan”

Inéditas peregrinación virtual y consagración del Táchira y de los Andes venezolanos al Santo Cristo de La Grita, en su 410º fiesta patronal. Misa pontifical a puerta cerrada y con protocolos de bioseguridad entre los sacerdotes.
 

En la misa pontifical de la 410º festividad del Santo Cristo de La Grita, el obispo de San Cristóbal, monseñor Mario Moronta, “en nombre de nuestro pueblo del Táchira y sin ningún compromiso de tipo político”, hizo una petición al presidente de la República, Nicolás Maduro: “Que destine los recursos necesarios para que en nuestros hospitales, nuestros médicos tengan lo que necesitan”.

“No puede ser”, continuó, “que se estén exponiendo, cuando están haciendo su servicio”, indicó el pastor diocesano, en relación a la atención sanitaria en este tiempo de pandemia por el covid-19. “Quiero pedirle de corazón, no solamente que lo haga aquí en el Táchira, sino en todo el país, pero de manera especial, aquí”.

Antes de impartir la bendición final, Moronta agradeció a Dios por la entrega de los médicos y de todo el personal de salud que arriesga sus vidas. “Pero que el Estado les provea de lo que necesitan”.

El obispo también pidió lo que consideró un gesto de buena voluntad: “Sé que es difícil que acepten, pero les quiero pedir de todo corazón a las autoridades que liberen a aquellos presos que por motivos políticos están detenidos”, dijo. “Que les hagan su juicio, si quieren, pero en libertad”.

Abogó de manera especial por los tachirenses. Sabiendo que son más, mencionó a tres: a los diputados a la Asamblea Nacional por el Táchira Juan Requesens y Renzo Prieto y al joven Deiby Jaimes. “Hagan un gesto de buena voluntad. Le hablo al corazón, no le hablo al político, le hablo al hombre que puede tener sentimientos”, expresó.

De manera inédita, en esta celebración eucarística la Iglesia local consagró el Táchira y los Andes venezolanos ante el Santo Cristo de La Grita. La oración leída este 6 de agosto por primera vez, comunicó el jefe de la Iglesia local, podrá ser elevada por los devotos desde casa cuando lo consideren necesario. Es un canto de alabanza al Patrono, por las más sentidas peticiones del pueblo.

El portador de la mitra tachirense resaltó la tarea de Cáritas Diocesana en la frontera, “porque hay mucha gente que piensa que la Iglesia no hace nada, y la Iglesia está allí, con su misma gente, al lado de los más pobres”.

Especificó que son casi 700 almuerzos diarios que se dan a los que viven en estos días la experiencia de estar cumpliendo cuarentena en los PASI. “Lo hacemos, no para buscar aplausos; lo hacemos en el nombre de Dios, y con la confianza puesta en Dios”, dijo.

“Nosotros no menospreciamos a los que están golpeados por el hambre, por el dolor, por la tragedia de tener que regresarse sin nada a su país (…) los consideramos igual a nosotros, hijos de Dios”.

El obispo insistió en su llamado permanente a “no dejar de cuidarnos” los unos a los otros en este tiempo de pandemia, cumpliendo las indicaciones de las autoridades sanitarias.

Y en la misa, lo demostraron con el ejemplo. Por primera vez en por los menos las últimas dos décadas, la eucaristía central del 6 de agosto no fue en La Grita ni fue multitudinaria, a razón de las medidas de cuarentena y distanciamiento social por la pandemia de covid-19.

Apenas un reducido grupo de sacerdotes del presbiterio diocesano, guardando distancia física en las primeras bancas y portando sus tapabocas, acompañaron al obispo Moronta en la santa misa pontifical, que se celebró a puerta cerrada en la iglesia catedral de San Cristóbal.

Al templo mayor trasladaron durante la víspera la réplica de la imagen del Santo Cristo que fue elaborada, para ser peregrina, hace más de un lustro, calcando las proporciones exactas de la talla original de 410 años que empezó fray Francisco y cuyo rostro terminaron ángeles del cielo.

El 5 de agosto llegó a Catedral la réplica del Santo Cristo | Foto Prensa Diócesis de SC

La jornada central de la fe de los tachirenses vino antecedida por un mes entero de peregrinaciones virtuales, que se expresaron en meditaciones sonoras y en audiovisuales compartidos a través de internet y las redes sociales. La Iglesia pidió con insistencia que este año, por la situación particular, nadie hiciera la peregrinación a pie hasta el Santuario Diocesano.

Aunque sin feligresía en físico, muchos comentarios digitales de devotos acompañaron toda la transmisión oficial desde el canal de YouTube de la Diócesis de San Cristóbal. La mayoría del pueblo coincidió en encomendarle al Cristo del Rostro Sereno la buena salud y la protección de los venezolanos ante este virus que azota a la humanidad entera.

En su tradicional homilía leída, el también primer vicepresidente de la Conferencia Episcopal Venezolana disertó sobre el árbol de la vida que es Cristo.

“Hoy, por las circunstancias que atravesamos a causa de la pandemia del covid-19, nos ha sido impedido caminar con nuestros pies y llegar hasta la ciudad santuario de La Grita. Sin embargo, sentimos que Él ha peregrinado a cada uno de nuestros hogares, comunidades e instituciones. Con los medios de comunicación social y las redes sociales, con la creatividad de nuestra oración y las diversas manifestaciones somos testigos de un evento peculiar”, expresó.

Moronta le habló “a los narcotraficantes, a los abortistas, a los especuladores, a los violentos y delincuentes, a los traficantes de personas, a quienes se dedican a la prostitución, a los que juzgan a los migrantes y pobres como si fueran un material de descarte, a quienes promueven un nuevo estilo de esclavitud, a quienes se atornillan en el poder e impiden el desarrollo auténtico de la nación, a los que se valen de su fe para creerse superiores a los otros, a quienes menosprecian a la familia y destruyen los principios fundamentales de la moral, a los que se burlan del único y auténtico matrimonio entre marido y mujer… Sí. Aquí están nuestros brazos abiertos como los del Santo Cristo de La Grita, para recibirlos, sanarlos, introducirlos de nuevo al amor del Padre de la Misericordia. Acepten esta invitación, llena del amor de Dios”.

Daniel Pabón-Diario La Nación- Táchira

Jueves 6 de agosto

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