Por: Ramsés Uribe…
Hay un cúmulo fantástico de ilusiones y emociones multivariadas que acompañan la práctica deportiva en cualquier rincón del mundo conocido. Los pequeñines querubines sueñan con sus héroes del balón de oro: Messi, Cristiano, James, Piqué, Suárez, Neymar, entre otras estrellas del balón. Quisieran emularlos, ser como ellos algún día. Todos nos alegramos de encontrar motivos de alegría inesperados al menos cada tanto tiempo, para paliar un poco las vicisitudes de la existencia y de las penurias venezolanas. Es verdad: de ilusiones lúdicas y maravillosas también se vive y a placer. No obstante, la realidad de esos ideales infinitos y casi etéreos del deporte de masas, es que sólo se muestran como fachada; en algunos casos detrás de las bambalinas lúdicas puede haber maldad y corrupción desmedida.
Recordatorio al futbol de Dudamel. Aunque el equipo nacional no logró participar en el Mundial de Futbol Russia 2018, conviene recordar un poco aquel artículo anterior que escribimos sobre la selección criolla de la vinotinto que si bien ha tenido sus altibajos, no es menos cierto que ha venido evolucionando favorablemente con el pasar del tiempo hasta llegar al 2017. Disponible: https://comunicacioncontinua.com/vinotinto-sorbos-alegres/
Allí se dijo en apretada síntesis: los inicios y breve historia del futbol venezolano, que por cierto nació en 1876 en el estado Bolívar, hasta llegar al año pasado, revalorizando su actuación deportiva porque los criollos lograron destacarse en el Mundial Sub20. Por último hay algunas recomendaciones que pudieran coadyuvar en el mejoramiento de nuestra selección e incluso de las de otros países que anhelen destacarse en este deporte o en otros.
Corrupción del balón. El deporte siempre ha sido y actualmente es percibido por la sociedad como una actividad saludable e ideal para la infancia y la juventud. Sin embargo, el tema de la corruptela deportiva es algo escandaloso y nadie se imagina en su sano juicio que haya tal trama en los bastidores del balompié mundial. En efecto recientemente se destapó caja de Pandora de la Federación Internacional de Fútbol Asociado, FIFA, sacando a relucir la cara oculta del deporte rey. Sin duda el lastre de la corrupción no tiene escrúpulos ni límites de ningún tipo porque extiende sus tentáculos a todas las instituciones y actividades de la sociedad. Ni siquiera la noble justa deportiva se salva de su radio nefasto de acción destructiva. Se dice que se giraron 150 millones de dólares en sobornos para fines inconfesables tales como, favorecer el patrocinio comercial de eventos deportivos, sueldos fantasmas a altos directivos, influir en la selección de la Copa Mundial del 2010, (Dpto., de Justicia DE Estados Unidos, 2015, BBC Mundo, 2016).
Adela Cortina, filósofa española de la Universidad de Valencia, destaca o denuncia simultáneamente con preocupación que hoy en día asistimos a una ética de mínimos; de humanidad y justicia, porque no vamos más allá de las injusticias cotidianas o globales con atrocidades como la hambruna o la corrupción y la noción minimalista de ciudadanía. Se cree que cumpliendo lo necesario de los deberes ya hemos cumplido con la sociedad que nos ampara. Extrapolando este pensar en el deporte del futbol, es más que evidente una ética deportiva de mínimos ya que lo importante es jugar la pelota en el campo como sea. Si hay que sobornar al árbitro para favorecer a alguna selección o si hay doping entre algunos atletas, son temas que no hay que ventilar públicamente pues afectan al deporte. Por esa razón el destape de la intrigante corruptela fifaense ha desocultado la verdad del deporte. No hay tal áurea que envuelva al ámbito deportivo; los deportistas, técnicos, hinchas y empresarios futbolísticos son proclives a caer en la tentación del camino fácil y torcido, pero sin honestidad ni la garantía de la inmortalidad y admiración de las multitudes.
Recomendaciones. Como antes ya se ha apuntado algunas medidas a adoptar son reiterativas: a) Implementar sendas cruzadas educativas e informativas de rescate de los valores b)Mejorar las pocas campañas existentes y reorientarlas al área futbolera en el sentido de canalizarlas mayormente a la educación popular, donde no solo importa la imagen poderosa y triunfal del futbolista sólidamente consolidada en los mass media como un miembro superdestacado de la sociedad, sino como alguien honesto y humilde en su conducta, dedicado y sacrificado por el deporte, saludable, sensible a los problemas sociales, etc., c)Ampliar programas de sensibilidad y concientización a la hinchada para que mejoren su comportamiento en los estadios y fuera de ellos. d)Continuar e incrementar la motivación así como el apoyo efectivo y desarrollo de los deportistas a jugar el deporte rey y otras disciplinas, e)Denunciar los ilícitos deportivos y las prácticas deshonestas que atenten contra el normal desenvolvimiento de la educación física, los deportes y la recreación.
Profesor Nuvm de la ULA
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