Paludismo económico en Venezuela

Por: Germán Rodríguez…

El paludismo o malaria es una enfermedad tropical causada por un parásito, trasmitida por la picadura de un mosquito infectado. Lamentablemente el país muestra cifras vergonzosas en materia de salud, las políticas sanitarias son escasas o, mejor dicho, inexistentes. Muchas enfermedades que fueron controladas con pocos recursos, pero con un personal sumamente calificado a mediados del siglo pasado, resurgen con una fuerza incontrolable. Esto debido a la ineficiencia de quienes han conducido el máximo ente rector en salud durante estos 18 años de “gobierno” y que se han caracterizado por una gran corrupción, lo que se ha convertido en una de las causas más apreciables de esta grave crisis humanitaria. Gracias a la tenacidad, sapiencia  y metodología del doctor Arnoldo Gabaldón, ilustre médico venezolano y emblemático en la lucha contra esta enfermedad, se redujeron los casos a su mínima expresión, menos de 5.000 por año desde finales de la década de los cuarenta. Precisamente por el control de esta enfermedad, en 1962 Venezuela recibió un reconocimiento  internacional de la Organización Mundial de la Salud.

En el campo de las políticas económicas estamos en la misma situación, con la aparición de parásitos sociales, producto de las incompletas, aisladas y en algunos casos inexistentes medidas para corregir las enfermedades sociales que padecemos los venezolanos. El proceso constituyente se convirtió en un fraude más para intentar perpetuarse en el poder, y gobernar sin los contrapesos exigidos en todo sistema democrático. Se anuncian medidas económicas que no terminan de cuajar por la ignorancia y las posiciones ideológicas, influenciadas por un socialismo trasnochado sin sustento en la realidad nacional.  Las  medidas económicas son un conjunto de intervenciones o acciones armonizadas que ejecutan los gobiernos, en el marco de políticas económicas, tomadas en un momento coyuntural para corregir algunas distorsiones presentes o dificultades potenciales con la finalidad de mantener el crecimiento económico y garantizar el bienestar colectivo. Las acciones  tomadas hasta el momento no atacaron los problemas  en sus orígenes, son un conjunto de deseos y aspiraciones sin concreciones reales en el corto plazo para los ciudadanos. Seguimos en una larga espera de decisiones en materia económica que logre resolver las profundas distorsiones presentes en la economía nacional. En este momento vemos con preocupación la inacción de la Dictadura para abordar las dificultades sociales presentes, con medidas económicas coherentes, concertadas y completas. En el contexto de sanciones financieras que limitan la estructura de financiamiento del régimen, no observamos mensajes claros de parte del engaño constituyente y de la Dictadura para recuperar la confianza; por el contrario cada anuncio alimenta la percepción de riesgo,  espantado las inversiones.

Los parásitos lasmodium falciparum y vivax, principales agentes de contagio de la malaria en Venezuela, se convirtieron en el ámbito económico en: el bachaquero, el gorgojo, el enchufado, el especulador y el burócrata  los cuales son el hombre nuevo fundido en socialismo, que labora de forma conveniente para sus intereses particulares, aprovechando las distorsiones del modelo de asignación de precios en los bienes y servicios presentes en la economía venezolana. Realizan un ejercicio formal o informal que invade todos los estamentos de la actividad económica, que asaltan todos los eslabones de las cadenas productivas y de comercialización. Llevan  como hormigas alimentos, medicinas, vehículos, repuestos, materiales de construcción de un sitio a otro y cualquier bien que se encuentre en un proceso de arbitraje de precios, tal faena ha llegado hasta las divisas y al efectivo. Las ganancias derivadas de su intermediación permite aguantar los tiempos de espera frente a supermercados, farmacias, gasolineras de frontera, bancos y aeropuertos esto opera para el bachaco pequeño. Adicional existen grandes bachacos que no hacen cola, interviene las cadenas y asignan los bienes en cantidades de mayoristas. En este desorden del modelo económico, cerca del 70 % de la población de acuerdo a las últimas encuestas actúan como pequeños bachacos y gorgojos, y prácticamente la totalidad de la burocracia rojita como grandes enchufados. Todas estas situaciones ocurren en un mercado altamente controlado, supervisado y punitivo,  pareciera que los controles se crearon para establecer el camino fértil para la corrupción generalizada que ocurre en el país. El hombre nuevo hermanado en socialismo, convive con la corrupción, sin la existencia de ella no podría subsistir, las ganancias aseguran las coimas que deben quedar en el traslado para que la enfermedad progrese.

Con estos parásitos incubados en la economía nacional, son razonable los niveles de fiebre, vómito y mareos que experimenta la nación en su conjunto. La enfermedad requiere de un conjunto de medidas, que actúen como tratamiento para salir de las profundidades oscuras, miserables que este régimen ha colocado al pueblo venezolano.

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