Razones y pasiones: La juramentación

Por: Eleazar Ontiveros Paolini…

El hecho de que los cuatro gobernadores electos,  miembros de Acción Democrática, (Ramón Guevara, Mérida; Eldy Gómez, Táchira; Antonio Barreto Sira, Anzátegui; y Alfredo Díaz, Nueva Esparta) se hayan juramentado ante la Asamblea Nacional Constituyente, a la cual la oposición  llama despectivamente “prostituyente”, ha generado en la sociedad civil reacciones encontradas, predominado el criterio de que se trató de un acto de “vergüenza histórica”, de traición a los electores al haber inclinado la cerviz ante el chavismo, y para completar, la  humillación de hacerlo frente a cabecillas de PSUV como  Delcy Rodríguez y Diosdado Cabello  ¿Qué sentirían en el momento de juramentarse? ¿Cuál sería el grado de gozo y deleite de Rodríguez y Cabello al ver inclinarse ante ellos, mansamente, a cuatro representantes de quienes han sido sus acérrimos opositores?

Los que defienden la juramentación, arguyen que no se puede ceder ningún espacio, por pequeño que sea, cuando se tiene la posibilidad de ocuparlos desplazando en ellos al gobierno. Apelan al  viejo pensamiento de que la oscuridad no puede detener la luz aunque esta solo logre entrar por un pequeño resquicio. Otros razonan considerando que después del esfuerzo hecho no se pueden dejar huérfanas a las gobernaciones y que por lo menos, si no se puede gobernar, se logren auditorias de la administración anterior, para demostrar objetivamente la corrupción. Para colmo, la gobernadora del Táchira da una justificación que termina por acentuar la contradicción. Dijo, vaya argumento filosófico, que “La humillación de un líder es un medio para lograr la libertad”. Se le habrá olvidado la sinonimia de humillación: degradación, deshonra, ignominia, iniquidad, ofensa, etc.

Hay otro elemento en juego, bastante peligroso para la indispensable unidad, y es que la decisión de la juramentación no representó una decisión de la MUD, lo que puede hacer que se deteriore lo  logrado, en especial si la misma la decidió por su cuenta  la cúpula de Acción Democrática. Como se sabe, la Asamblea Nacional no convocó a reunión solicitada por los juramentados en el hemiciclo para presentar sus argumentos, lo que le hecha leña al fuego, presagiando futuros caminos tortuosos.

Si anotamos algunas contundentes expresiones de líderes políticos, nos daremos cuenta de la fisura que está determinando la Juramentación. Antonio Ledezma: “Juramentarse es perder el decoro y la dignidad”; María Corina Machado, “Qué vergüenza, dan náuseas”; Guanipa: “No voy a juramentarme por coherencia, dignidad, amor al Zulia y Venezuela”.

Una consideración más. Los gobernadores adecos, sin la menor duda, serán despojados de sus atribuciones. Rumiarán estar imposibilitados de actuar como tales. No podrán lograr sus propuestas electorales. Y esto ya se vislumbra cuando Maduro decidió nombrar en cada una de las 5 gobernaciones a un “protector”, una especie de superman, batman o el hombre araña y ya empieza a centralizar espacios e instituciones dependientes de las gobernaciones. En el caso de Mérida a Jehyson Guzmán, parece instalado ya el Corpoandes; en el caso de Anzoátegui a Aristóbulo Isturiz; en el caso del Zulia a Arias Cárdenas. En el Táchira ya tienen a Vielma Mora, que decidirá en función de su cargo de “gendarme” de Fronteras, aspectos que le competen al gobernador ¿No se trata acaso de gobiernos paralelos similares e incluso perores al que se le impuso a Capriles en   Miranda? ¿Quién manejará el grueso de los presupuestos? No tenemos la última palabra; hay que continuar con el análisis