Sin empoderamiento humano

Por: Ramsés Uribe…

La pobreza en todo el mundo es quizás uno de los flagelos más inclementes de la humanidad que pugna a diario por una mejor esperanza de vida. Las estadísticas al respecto no son muy optimistas ya que a pesar de los incuestionables avances en desarrollo humano, científico y tecnológico, aún en el siglo XXI no se ha detenido este cáncer social, al contrario, continúa avanzando con velocidad de crucero de manera inexorable hacia cada rincón del globo terráqueo donde haya gente.

Sin desconocer la enervada y difícil situación con toda su megaproblemática sin solución a la vista, cargada de tantas como incuantificables penurias, somos optimistas con fe en Dios para resolver pacíficamente esta encrucijada existencial del país. Hacemos un alto para referirnos a un tema también complicado y  sumamente urgente por sus efectos adversos por doquier.

Para ello hay que mostrar los datos cuantitativos y los menos exactos para saber a ciencia cierta cuál es el estatus de la miseria en el mundo y en nuestra amada Venezuela. Si se abre la caja de Pandora de la oculta vergüenza humana es tanto con fines didácticos como aleccionadores.

 Según la ONU, en la década reciente del 2000, un promedio de 1300 a 3000 millones de gentes, sufren de pobreza.  Por el contrario, el 20% más rico de la población mundial recibe el 80% de todos los ingresos económicos.  Más del 20% de la población del mundo vive en pobreza absoluta: carencia de recursos que amenazan la vida ( unos 1200 millones de individuos), sobrevive con menos de 1 dólar diario y carece de los alimentos necesarios para trabajar. Es decir, que tras de obtener una ínfima paga, con eso no se puede alimentar adecuadamente para laborar con eficiencia satisfactoria.

Por si lo anterior es poco rollo social, cada año mueren 18 millones de personas prematuramente por causas relacionadas con la pobreza y  800 millones corren el riesgo de perder la vida. Asimismo de la población más vulnerable, 35000 niños mueren cada día por enfermedades prevenibles o por enfermedades de fácil curación en el mundo. En relación a los niños y la pobreza se estima que en el planeta alrededor de 100 millones de niños que viven en ciudades de países pobres se ven obligados a mendigar, robar, prostituirse  o trabajar para bandas delictivas y así contribuir con ingresos a sus familias.    

Los números en Venezuela tampoco son nada amigables de acuerdo con la Encuesta sobre Condiciones de Vida, Encovi del 2016, un estudio liderado por la UCV, la USB, UCAB, entre otras organizaciones importantes, acusan aparte de muchas injusticias, lo siguiente: en materia de alimentación 72% de los venezolanos han perdido peso un promedio de 8,7 kg. La pobreza en los hogares ha aumentado progresivamente desde el 2014 con 48%, 73% en 2015 y 81,8% en 2016. La pobreza reciente o temporal comienza a volverse estructural  luego de 3 años continuos de crisis. En 2017, se mantienen los niveles de pobreza de ingreso y seguirá incrementándose la pobreza estructural porque no hay políticas sociales que detengan esta tendencia.

Ante los crudos y preocupantes informes técnicos cabe preguntarse muchas cuestiones. ¿Hasta dónde llegará el mundo y nuestro país con esta pésima situación?. ¿ Se ha hecho lo suficiente para revertir estos números infernales?. Sin duda el gobierno tiene en sus manos la autoridad y responsabilidad y el poder político de parar este estado de injusticias sociales, pero no es menos cierto que no son los únicos involucrados. Además aunque ha mostrado cierto interés sobre el tema, no ha sido efectivo en la solución definitiva de la pobreza a pesar de haber contado con superingresos en miles de millones de petrodólares.  Algunas organizaciones no gubernamentales y otros ciudadanos particulares se han ocupado del asunto. Insistimos: no parece suficiente puesto que cada día se notan más los indigentes y personas que comen de la basura, claros indicadores de una muy deprimente realidad imposible de obviar.

La ONU, el Papa Francisco, organizaciones sin fines de lucro y personalidades de talla mundial  han hecho un llamado para empoderar a los más necesitados para que puedan solucionar este flagelo con un desarrollo sustentable. La Acnur, de las Naciones Unidas, ha enfatizado que los 10 países más pobres del mundo ubicados en África,  son los más solidarios, atendiendo a miles de refugiados.  Si esto ocurre en tales condiciones, ¿por qué muchos compatriotas no han sido verdaderamente solidarios con nuestros hermanos que padecen tantas necesidades?. Los bachaqueros, los ricos con camionetotas y otros personajes acaudalados, han demostrado su indiferencia, sangre fría, molestia y hasta desprecio frente al dolor ajeno. Rescatemos la sensibilidad humana y social auténtica ya perdida o ¿ para que vinimos al mundo?.

Profesor NUVM de la ULA

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