También concluyó que 36,8 % de la población femenina estudiada “tenía niveles de contaminación tales que presentan riesgos importantes de partos de niños con desórdenes neurológicos. El mismo estudio mostró que existe una tendencia a aumentar las concentraciones de mercurio a lo largo del tiempo, tanto en personas como en el ambiente”.
El estudio se hizo por solicitud de la Universidad de Guayana, que advirtió el peligro del mercurio en el Caura, especialmente para la comunidad yekuana, que a su vez pedía financiamiento a una organización internacional.
Estos son los últimos hallazgos sobre los daños del mercurio en la población. “A partir de 2014 no se ha conocido prácticamente ninguna otra investigación”, refirió Álvarez-Iragorry.
Efectos nocivos del mercurio
Organizaciones internacionales y expertos han señalado los efectos nocivos que el mercurio ocasiona en la salud humana y el ambiente, en todo el mundo.
La OMS ha advertido la amenaza que representa el mercurio para las personas y para los alimentos. Y ha alertado sobre los efectos tóxicos en sus distintas formas. Una de las más dañinas y que despierta mayor preocupación es el metilmercurio.
“Tiene la capacidad de acumularse en organismos y concentrarse en las cadenas alimentarias, especialmente en la cadena alimentaria acuática (peces y mamíferos marinos). Casi todo el mercurio que se encuentra en los peces es metilmercurio”, indica un informe de Evaluación Mundial sobre el Mercurio, publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (2002).
El pescado es el alimento principal de comunidades costeras y especialmente de indígenas, debido a los nutrientes que no se encuentran en otras fuentes alimenticias. El alimento contaminado puede afectar también la vida silvestre, como las aves y mamíferos, que se alimentan de pescado, y crear graves problemas económicos para la pesca artesanal.
El riesgo del metilmercurio
En las personas el metilmercurio representa un grave riesgo, aunque el grado de gravedad depende de la forma química, la cantidad, la vía de exposición y la vulnerabilidad. El elemento puede penetrar la placenta y la barrera hematoencefálica, y como un neurotóxico puede afectar negativamente el desarrollo del cerebro, lo cual puede manifestarse en la edad escolar.
Una investigación realizada en El Callao señaló que 38 % de los niños incluidos en el estudio presentaron niveles de mercurio superiores a los valores referenciales dados por la OMS, indicó Álvarez-Iragorry.
«Se ha atribuido a la contaminación existente en el área la alta tasa de casos de niños con síntomas de intoxicación, así como de afectados por deficiencias neurológicas y defectos congénitos. Esta situación puede ser aún más grave ya que se estima que 45 % de los trabajadores de las minas son menores de edad”.
Estudios indican que pequeños aumentos en la exposición al metilmercurio también pueden afectar negativamente los sistemas cardiovascular, nervioso, digestivo e inmunitario. Además, los pulmones, los riñones, la piel y los ojos.
Pero también las altas concentraciones de mercurio impactan al ambiente.
Se ha encontrado contaminación por esta sustancia en sedimentos, aguas y organismos vivos en las principales cuencas de Guayana. Esta situación ocasiona pérdida de la biodiversidad en los ríos y de la capacidad de ecosistemas de realizar contribuciones a las sociedades humanas, precisa el especialista.
Aunque no existe unanimidad sobre el umbral medio de toxicidad humana, la OMS refiere que “la investigación actual en salud ha establecido los límites de toxicidad del mercurio entre 50 y 160 microgramos/día (1,5)”.
Mercurio, tema pendiente
Ante los serios riesgos que representa la contaminación de mercurio para la vida humana y el ambiente, Álvarez-Iragorry se pregunta porqué el tema no ha sido prioridad en Venezuela.
“Ni siquiera hay manera de conseguir un solo dato de cuántas personas por mercurio están afectadas. En 1990 se hicieron estudios en ríos del Guri. Toda la contaminación fue medida en dos puntos particulares: en la zona del Callao, zona minera, hacia el sur; y la zona del bajo Caroní. No había ninguna medición al año 2000, fuera de esas zonas. En la del bajo Caroní se incluyó la zona del Paragua. Pero esos estudios no se consiguen en la actualidad”.
Mientras, la Convención de Minamata se prepara para iniciar la primera evaluación de los planes contra la contaminación mercurial. Y lo hará “con un marco basado en un proceso inclusivo y transparente, junto con un grupo científico”. Entre estos, la eliminación de ocho productos con mercurio agregado, como lámparas fluorescentes compactas y fluorescentes de cátodo frío. También películas y papel fotográfico, y propulsor para satélites.
En función de su participación, pedimos se informe si está prevista la pronta ratificación e implementación del convenio, dijo Álvarez-Iragorry. Y emplazó al Ministerio de Ecosocialismo y la Asamblea Nacional. Pero ninguno de los dos entes se ha referido en sus redes al control del mercurio en el sur de Venezuela, que, después de la falta de agua, “es el peor problema”.
02-04-2022