Devaluación encubierta

Por: Germán Rodríguez…

Los venezolanos seguimos esperando por un conjunto de medidas económicas necesaria para resolver las calamidades que vivimos. En el ámbito cambiario el presidente Maduro prometió un nuevo sistema de divisas complementarias, desde hace un mes, anuncio que impulsó a la baja el dólar paralelo; sin embargo, el diferimiento de la promesa, sin causas que la justifique, nuevamente eleva la cotización de la divisa en el mercado negro.

El valor de la divisa en dicho mercado, continua siendo el parámetro para la asignar los precios, a pesar de que la autoridad monetaria (BCV) no reconozca su existencia. La realidad actual evidencia que el régimen en este momento no cuenta con divisas suficientes para mantener el ritmo de importaciones de alimentos y medicinas a tasa de cambio subsidiadas. El acceso a dólar protegido (DIPRO) es una caja negra sobre la cual no se informa, las denuncias formuladas sobre las bolsas CLAP son evidencia de la opacidad reinante en el sistema, supuestamente se realizan importaciones a 10 bolívares por dólar, sin embargo ese subsidio no se observa en el precio de los alimentos y medicamentos, hecho que conduce a formular dos hipótesis: una que la divisa no existe y es parte de la estrategia de construir un realidad inexistente,  o mucho peor, que la “corrupción” ha alcanzado dimensiones inmorales; lo que no es de extrañar.

Las divisas marginales (SIMADI) se manejan en subastas administradas por el BCV, dentro de procesos totalmente oscuros y en cantidades insuficientes; lo que trae como consecuencia que no exista divisas para atender las necesidades de los sectores que recurren a ese sistema. Las famosas casas de cambio de frontera son procesos sujetos a interpretaciones discrecionales de funcionarios y no han ayudado al fortalecimiento de la moneda, por lo que se han convertido en un total fracaso. La nueva invención de subastas gestionadas por el BCV,  (DICOM) incorpora una cuarta referencia para asignar precios en un país que depende de importaciones, se inicia supuestamente con dos subastas semanales en procesos públicos y transparentes. En conclusión la medida improvisada, inconexa e insuficiente tomada por la Dictadura será un absoluto fracaso como las anteriores, que esconde en el fondo la intención maligna del régimen de disfrazar una devaluación que pagamos los venezolanos, en precios de bienes y servicios exageradamente elevados.

La gran mayoría de los sectores no consiguen divisas en: DIPRO, SIMADI, CASAS DE BOLSA y DICOM por lo tanto recurren al paralelo y es por ello que existe un desplazamiento forzado a ese mercado,  por tanto los precios de los bienes y servicios crecen a las tasas de fluctuación de la divisa en el mismo. Los precios de transferencia de frontera son un ejemplo del comportamiento de los precios en ese mercado. Obviamente los precios suben de forma proporcional al nivel de la divisa pero no disminuyen en la misma dirección, como consecuencia de la incertidumbre reinante. La Dictadura lo sabe y de forma perversa permite que los precios  fluctúen para evitar el colapso total del sistema de distribución selectivo y político de la estructura pública, en algunos caso autorizan la marcación de los precios en los empaques a través de la SUNDDE

La “Venezuela Potencia” es una nueva invención fantasiosa de la Dictadura, para engañar al pueblo, pasan de improvisación en improvisación. Como un país con su estructura productiva destruida, zonas industriales abandonadas o con cambio en su orientación, fomento de actividades comerciales en detrimento del sector primario, precaria situación de servicios en términos generales, puede ofrecer garantías para ser una potencia?. Los motores productivos después de dos años no muestran chispas de encendido, las importaciones siguen prosperando, beneficiando a una elite conectada con la Dictadura y con el modelo de control de divisas.

Lastimosamente esto ocurre por la renuncia del BCV a sus competencias constitucionales y por su subordinación al ejecutivo.  Los bancos centrales son instituciones generalmente de carácter público, constituidos por los países para ejercer la autoridad monetaria del sistema, por tal razón se encargan de emitir dinero legal y en general de diseñar e instrumentar la política monetaria de la nación a la cual pertenece.

En el caso venezolano, el BCV es una institución en la cual la sociedad delego la capacidad de emitir dinero y de regular el nivel de crédito de la economía; en consecuencia debe adoptar medidas de política monetaria  para procurar una inflación baja y estable para preservar el valor de la moneda. Objetivos incumplidos por el ente emisor lo cual lo coloca en deuda con la sociedad.

Están conscientes los directores del BCV sobre sus responsabilidades por el incumplimiento de los objetivos fundamentales del ente como son: la estabilidad de precios y de la tasa de cambio. Por otro lado igualmente tienen el conocimiento exacto y reflexivo de las implicaciones por ocultar información a la sociedad, de la cual recibieron el mandato en materia de: inflación, PIB, agregados macroeconómicos, inversión extranjera, producción nacional etc. Pretender retener la información para evitar costos políticos, no modifican las realidades a las cuales los venezolanos enfrentamos todos los días y más grave, no los exonera de sanciones administrativas. Porque se informa al Fondo Monetario Internacional sobre la inflación del año 2016 y no a la sociedad, será verdad 274,40 % el crecimiento de precios para el año o es un maquillaje de payaso para ocultar la realidad económica del país. En conclusión la Dictadura rinde cuentas a organismos internacionales de financiamiento y cancela las deudas  a los tenedores de Walt Street en perjuicio del pueblo.  

@germanrodri

@germanoveja