Razones y pasiones: Ejercicio inútil

Por: Eleazar Ontiveros Paolini…

Hemos leído con cierta sistematicidad, incluyendo artículos en páginas completas de importantes diarios nacionales, consideraciones de la más diversa índole tratando de dilucidar si nuestro Gobierno, o digamos mejor el régimen, es una tiranía, una dictadura o se trata de un ejercicio despótico. Es, si se quiere un ejercicio intrascendente, cuando el Común termina por catalogarlo, sin importarle las posibles y endebles diferenciaciones definitorias, como algo inadecuado, anormal, improcedente, absurdo e inadmisible que lo sume en la desesperanza, ya que  ni  siquiera a mediano plazo vislumbra la posibilidad de adecuaciones significativas. Y que por el contrario, el proceso  sigue tozudamente, sin importarle  efectos  desfavorables y  nocivos, procurando, a como dé lugar, centralizar todo en  manos del Estado.

Si por preservar el respeto al ejercicio intelectual  mantenemos la diferenciación teórica, esta queda al margen cuando percibimos que las tres mencionadas situaciones se superponen y confunden, sustentando el accionar de una administración que al saberse sin apoyo popular, recurre a la arbitrariedad, al abuso, al atropello y a la iniquidad como formas de sustentación.  

Veamos: Modernamente la tiranía se identifica con un uso abusivo del poder político y que reprime arbitrariamente cualquier oposición.  La dictadura  es  la forma de gobierno en la cual el poder se concentra en torno a la figura de una solo individuo menospreciando la división de los poderes y que procura que a través de procedimientos de cualquier tipo la oposición llegue al poder. El despotismo se refiere al abuso del poder  o de la fuerza  que un individuo o grupo ejerce contra otros sin respetar las limitaciones deinidas en las leyes.

Entonces, si esas acepciones son válidas, podemos darnos cuenta sin tener que recurrir a una profundo ejercicio analítico, que la casi totalidad  de las decisiones y procedimientos que  viene tomando Maduro en lo político, legal y económico con impacto indiferenciado en la comunidad, invariablemente nos muestran sin distinciones las tres caras definidas, por lo cual no lo podemos calificar sin tomar en cuenta esa pérfida combinación