Hoy termina un año más, con aciertos y desaciertos; quizás más de unos que de otros. Pero de lo que sí no cabe duda es que al acercarse la media noche y comience el conteo regresivo para recibir el año 2017; habrán nuevos metas por cumplir.
Ahora hay muchas familias separadas, algunos porque decidieron emprender nuevos retos y explorar nuevos horizontes en la búsqueda de mejores condiciones sociales y económicas quizás.
Otras porque sencillamente no lograron vencer la batalla de las enfermedades o peor aún, no encontraron uno u otro medicamento para intentar aliviar el mal que le aquejaba.
Sin olvidar a los miles de venezolanos que hoy forman parte de las estadísticas por muertes violentas, muchas quedan impunes.
Madres, luchadoras que madrugan cada día para comprar alimentos y pasan horas en una y otra cola sin importar el sol o la lluvia, y a pesar de que trabajan o estudian; no pierden la esperanza de volver a encontrarse con esa Venezuela bonita.
Aquellos que desde el campo aportan su granito de arena recogiendo la cosecha, o quienes pasan horas enteras en los hospitales, esos héroes de batas blancas que muchas veces hacen hasta lo humanamente posible para salvar vidas a pesar de que no tienen medicamentos o equipos para tratar las enfermedades, que seguramente vendrá.
Sin duda alguna que el 2017 sea una nueva oportunidad para continuar hacia adelante cada uno sirviendo a nuestras familias, a nuestros amigos y a nuestro país, que seguramente demandará cada día más de cada uno de nosotros.
