De Madoff a Derwick

Por: Germán Rodríguez Bustamante…

La fiesta revolucionaría dio para todo, la piñata fue repartida a manos llenas para una casta privilegiada con acceso al poder político en Venezuela. En estos19 años oscuros de una promesa, convertida en un inmenso engaño y frustración para un pueblo que esperaba y soñaba con la mayor suma de felicidad. El descaro demostrado por un grupo de aventajados «broker financieros», reflejó la complicidad en el seno del gobierno revolucionario, al más alto nivel, para consentir las extravagancias de estos «bolichicos”; quienes exhibían en escenarios internacionales sus proezas, codeándose con reyes y magnates. Los excesos llegaron a la compra por uno de ellos de un apartamento en New York, que le perteneció a Jacki Kennedy. Sus apetencias no tienen límites, desde apartamentos lujosos en New York, Madrid o París, pasando por casas en paraísos caribeños y costas mediterráneas, hasta lujosos aviones Beechcraft, Gulfstream o King Air. La riqueza venezolana daba para complacer los deseos de estos jeques tropicales, recientemente movilizándose en colectivos en las principales ciudades de Venezuela. Sus conexiones y vínculos familiares fueron el puente para el estrellato de los aventajados y hábiles inversores, dignos alumnos de Bernie Madoff. Personaje siniestro que produjo una de las mayores estafas financieras de Wall Street, en pleno desarrollo de la crisis inmobiliaria del 2008. Este señor creó una trama de empresas de corretaje de valores, de asesoría de inversión para embaucar a más de un inversor ingenuo, adicional para buscar lavar sus culpas, actuaba como un filántropo que repartía una minúscula parte de su ganancia en obras sociales. El fraude alcanzó la suma de 64.800 millones de dólares, para un aproximado de 4.800 clientes. El juego piramidal le produjo una condena por «150 años», la máxima pena aplicable al delito realizado, tipificado por el juez como crímenes extraordinariamente maléficos.

Nuestros personajes tropicales, actúan con la misma maldad que Madoff, crean estructuras empresariales que sirven como fachada para una operación de gran envergadura, con el objetivo de lavar dinero proveniente de la corrupción venezolana, obteniendo ganancias obscenas. En este caso los afectados son los venezolanos, condenados a condiciones de miseria y exterminio, por las circunstancias precarias a las cuales se sobrevive en el país. Recientemente en Estados Unidos aparece una empresa denominada «Derwick», empresa dedicada a la asesoría de ingeniería, especializada en la construcción de plantas de generación eléctrica, fundada en el 2009 y que hasta el presente ha ejecutado 11 proyectos en Venezuela. Los desarrollos muestran la poca inspección realizada que determina la fragilidad del sistema eléctrico, es decir detrás de los proyectos existió un gran guiso. La empresa está vinculada con una trama de blanqueo de capitales, supuestamente provenientes de la corrupción venezolana. En el 2013 la empresa recibe el premio de la «mejor iniciativa empresarial en Latinoamérica», el crecimiento experimentado por la firma es similar a las pirámides montadas por Madoff, para robar el dinero de sus clientes. No hay tanta riqueza fácilmente obtenida que no esté ensuciada por delitos contra personas. En el entramado aparecen banqueros, políticos y obviamente prominentes líderes de la revolución bolivariana. Las raíces secundarias del complot llegan a PDVSA, la firma también lavó algunos trapitos manchados en la industria para que un conjunto de burócratas se enriqueciera, con el manejo de los dólares preferenciales y financiamientos en bolívares otorgados por el BCV para mantener el flujo de caja de la empresa, causa fundamental de la hiperinflación que padecemos. Los bolívares se convirtieron en dólares y los mismos fueron colocados en el paralelo, devolviendo los bolívares a la estatal petrolera, dejando una tajada inmensa por el diferencial cambiario en verdes americanos. Una centrífuga digna de una serie de televisión o una película especial sobre la fortuna hecha en revolución por estos jeques tropicales.

La investigación derivó en la detención de algunos «bolichicos» y la orden de aprehensión de otros. Los aprendices de millonarios fueron sorprendidos por funcionarios encubiertos, que verificaron los sobornos realizados a jerarcas del régimen de Maduro. El ventilador de la trama corrupta se prendió y pareciera que estos chiquillos realizaban operaciones filantrópicas, con organizaciones políticas de oposición en Venezuela. Ante la presión articulada en Estados Unidos, huyeron a Europa para mantener la vida de ricos y famosos. Es normal verlos en regatas con las monarquías europeas. Lo triste de esta película es llegar a la conclusión que Derwick es un grano de arena en esta playa podrida, llamada socialismo del siglo XXI. No hay nada que rescatar, todos los jerarcas del régimen están contaminados y con éstos algunos dirigentes políticos de oposición. La Dictadura hizo la corrupción en un germen que contaminó casi toda la nación, permitiendo el manejo de una sociedad de cómplices, en la cual la gran mayoría están salpicada con manejos dudosos. Inconsciente o voluntariamente muchos ciudadanos fueron manchados por el comportamiento delictivo de este nefasto gobierno. La salida de este régimen es inminente y tenemos el compromiso con un pueblo que fue burlado, por este engaño espantoso, sin embargo, la nueva nación debe edificarse sobre nuevos valores, partiendo del castigo ejemplar para todos los delincuentes integrantes del saqueo. La condena de 150 años aplicada a Madoff, parece poca para el tamaño del daño realizado por este grupo de aprendices de millonarios y jerarcas revolucionarios.

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