Por: Giovanni Cegarra…
61 años hoy, de aquel momento histórico en el devenir político gubernamental venezolano, que vió nacer la democracia que hoy vivimos y convivimos con todas sus imperfecciones, mal concebida en toda su esencia, que aunque algunos digan que no la hay, si la tenemos, con una pérdida de generación de relevo, fuerza, intensidad, importancia, valores, en fin, una decadente democracia.
Corrupción, injusticia, violación de derechos ciudadanos, abuso y falta de autoridad, atropellos, intolerancia, inseguridad, escasez de medicinas y alimentos, migraciones, protestas sin liderazgo, discursos políticos más aburridos que perro en platabanda, muertes innecesarias de las que nadie recuerda ahora, entre otros factores, marcan los 61 años de la instauración de la democracia en este país, en la que la práctica de la vieja política, de las secuelas de políticas socio económicas mal concebidas, han llevado al país junto a sus habitantes, partidarios u opositores del gobierno, al caos total, en este declive democrático en pleno Siglo XXI.
La diatriba política en su tira y encoje, controversias y contradicciones, confundido tienen al pueblo, que va del tumbo al tambo, arrastrados por la necesidad de todo, en todo el sentido de la palabra, que come pero no se alimenta, su deseo de algo le lleva a caer en manos de los especuladores bachaqueros que hacen de las suyas a su antojo, a expensas de la falta de Autoridad, de mano dura; todo un rosario de vicisitudes y necesidades, latentes en grado extremo, en esta decadente democracia, en la que no hay gobierno que valga.
Este país lo tiene todo, requiere del concurso de todos, sin distingos de clase y posición, para sacarlo del camino de este declive socio político democrático que lo lleva al desastre, enrumbarlo por el camino de igualdad, respeto, tolerancia, justicia, equidad, hermandad, trabajo y producción con tesón, para lograr la Venezuela que queremos, para beneficio de todos y punto.
