El Big Ben Deportivo: ¡Escucha las colas, Nicolás!

Por: Andrés E. Mora M…

“¡Ese Juambi! ¿Cómo estás mi pana?”, abraza a Juan Bimba el desinhibido y locuaz Panchito Mandefuá – orgulloso usufructuario de tan extraño y pintoresco apellido que, como a muchos les pasa y como diría José Rafael Pocaterra, es obra de él mismo – quien es un afectuoso muchacho de la calle que dejó de vender billetes de lotería para convertirse en pregonero pero que, ante la dictadura de nuevo cuño que se esconde tras la fachada destartalada del fracasado Socialismo del siglo XXI, se vio en la necesidad de volver a su oficio anterior ante el boicot gubernamental impuesto a los diarios independientes a través de la Corporación Maneiro. Institución ésta devenida en suerte de inquisición que se dedica a suprimir la libertad de expresión escrita mediante la reducción del suministro de papel periódico – del cual posee el monopolio de la venta en el país – a los medios impresos que no siguen la línea editorial oficialista ¿Consecuencia de tamaña afrenta a la prensa libre? Una avalancha de rotativas paradas. La víctima más reciente fue el diario “El Carabobeño” que, después de 82 años, cerró sus puertas el pasado 17 de marzo. Así pues, ya van veintidós medios obligados a cerrar por esta vía en este último trienio, los tres años más oscuro de este profundo oscurantismo que ya lleva diecisiete.

“Aquí, en la misma vaina de hace años ¡Haciendo cola!”, contesta con el brillo apagado de sus ojos un parco Juan Bimba. Un anciano cumanés cuyo ajado rostro nos recuerda los 500 años de fundada que, el 20 de enero, cumplió su ciudad natal de la que, por cierto, salió en brazos de sus padres para llegar a Caracas siendo apenas un infante. No muy lejos de ellos, y al momento de la respuesta de Juan Bimba, una pareja de estudiantes universitarios están inmerso en su dialogo. “En la Venezuela al revés en que vivimos hasta 19 trabajadores de la prensa – ante la mirada cómplice de funcionarios de la PNB – fueron maltratados, robados y amenazados de muerte por grupos civiles armados cuando cubrían las protestas que, ¡por hambre!, se suscitaron el jueves en las avenidas Urdaneta y Fuerzas Armadas de Caracas”, le dice él a ella. “Esa Venezuela de hambre, violencia, abuso y terror es la Venezuela que tenemos que revocar”, opina ella convencida.

Mientras Juan Bimba – ya más animado – continúa la plática con Panchito a quien quiere como a un nieto, 1528 personas más atrás del lugar en que ellos se encuentran, lejos de ser aun la mitad de la fila,  un par de damas – que han logrado entablar una sólida amistad por las veces que han coincidido en los últimos 30 meses en cuanta fila haya para la compra de insumos en el sector donde viven – conversan también:

“Melva Paredes, legisladora de la AN, señaló que la constitución de Colombia establece que todos los hijos de sus ciudadanos poseen la nacionalidad y mostró un registro de Teresa Moros, madre del mandatario nacional, en el que evidenciaría su ciudadanía”, desde su teléfono inteligente Margarita le lee a Mariana la nota de prensa reseñada en el portal de El Nacional la tarde del jueves 2 de junio.

“Vea Margarita ¿y usted que piensa de eso? ¿Si cree que sea verdad?”, pregunta algo angustiada la honesta y trabajadora cucuteña que tiene más de 40 años residenciada en el país.

“En la Venezuela de los últimos tiempos los dueños exclusivos de la mentira han sido los personeros del gobierno central que – no por casualidad – son también los máximos dirigentes del PSUV. Cómo patético ejemplo de lo que te digo tenemos a Jorge Rodríguez, quien todos los días inventa un nuevo embuste acerca del referendo revocatorio. Por eso es que él y el resto, sin excepción e incluyendo al presidente, tienen niveles muy bajo de credibilidad en la población”, dice Margarita. “Ahora, con respecto a tus preguntas mi respuesta es afirmativa. Sí creo que lo dicho por la diputada Paredes sea cierto”, opina la mujer de unos 38 años nacida en Chapellin, Caracas. “De hecho a través de su cuenta oficial de Twitter publicó el documento de la Registraduría de Colombia – órgano que identifica a los ciudadanos – y en el que se lee el nombre de Teresa Moros”, añade la caraqueña, para agregar luego “Lo que hay que solicitarle a Maduro es que presente la renuncia a su nacionalidad Colombiana”.

“Vea Margarita, ese último planteamiento que usted hace me parece una posibilidad supremamente remota. Fíjese que si el susodicho no ha sido capaz de presentar siquiera la partida de nacimiento venezolana, eso que presente el otro documento suena como imposible”, opina Mariana.

A 214 personas de la entrada del supermercado y 817 más adelante de Juan Bimba y Panchito – nuestro punto de referencia – un grupo de amigos conversan acerca de las posibilidades de la Vinotinto en la Copa América Centenario en la que debuta mañana domingo, 5 de junio, contra Jamaica. “Estoy seguro que los nuestros están para pelear uno de los dos lugares para clasificar, tenemos una generación dorada a nivel de capacidad individual, recorrido y experiencia. Aunque el grupo es complicado, la Vinotinto tiene con qué para aspirar a avanzar a la siguiente etapa”, dice Ramón José quien es uno de los sobrinos caraqueños del buen amigo Ingenuo Sinduda. “Estoy de acuerdo contigo”, coincide con su hermano Eduardo Miguel. “Me parece que Dudamel – en su corto período como DT de la selección – ha logrado que los jugadores vuelvan a sentir el deseo de jugar al fútbol para la Vinotinto. ¡Eso es fundamental! Como recuperación de la garra perdida están los goles marcados en las postrimerías de los encuentros ante los combinados de Galicia y Guatemala para empatar”, considera Eduardo Miguel. “Pienso que la defensa – la línea más sólida en la era Farías y una verdadera pesadilla con Sanvicente – ha mejorado ostensiblemente bajo la tutela de Dudamel, aunque hay algunos aspectos por mejorar. Es importante de resaltar también el hecho que Salomón se haya encontrado con las redes en dos juegos consecutivos. Eso era algo que no ocurría desde el 2012. Quizás y nos encontramos en el punto de inflexión de la ofensiva criolla”, opina Julián amigo de la infancia de ambos hermanos.

“El dialogo y entendimiento que propone la OEA en el texto aprobado por consenso en la reunión del Consejo Permanente el pasado miércoles tiene que fundamentarse en el respeto de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, lo que implica el respeto al derecho de la población de solicitar el referendo revocatorio tal y como lo expresa el artículo 72 de nuestra carta magna. Sin embargo el CNE sigue irrespetando a la constitución y a los ciudadanos cuando embarcó a la MUD, por quinta vez, hace dos días atrás”, le comenta un hombre a la mujer que tiene al lado cuando – después de 6 horas – logran acceder al establecimiento de alimentos. “Si quisieran al país, Maduro y las cuatro rectoras deberían de renunciar de inmediato”, le dice la mujer indignada al hombre.

“Y aquí ¿Nadie habla bien del gobierno?”, pregunta cándidamente Panchito.

 “Quien coño puede hacerlo ¡Escucha las colas, Nicolás!”, dice Juan Bimba para concluir.

Prof. Titular jubilado ULA – Cronista deportivo

aemora@gmail.com, @amoramarquez