Día de la Tierra: Un llamado a la acción

El 22 de abril es el Día de la Tierra, un momento importante para reflexionar sobre la relación entre la humanidad y nuestro planeta. Este día es más que una simple celebración; es un llamado a la acción urgente para salvaguardar el hogar que nos sustenta.

Desde 1970, se celebra el 22 de abril como el Día Internacional de la Madre Tierra con el fin de llamar la atención sobre los problemas ambientales como la contaminación, la superpoblación, la conservación de la biodiversidad y otros problemas. La Asamblea General de las Naciones Unidas designó el día como una fecha oficial en 2009.

En el universo conocido, la Tierra es un planeta único. Existe una atmósfera que es respirable, abundante agua líquida y una temperatura adecuada para la vida. Desde las majestuosas ballenas azules hasta las diminutas bacterias que habitan en el suelo, es el hogar de una biodiversidad inimaginable.

Sin embargo, la Tierra se enfrenta a una serie de desafíos ambientales que nunca se han visto antes. El cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la contaminación del aire y del agua y la deforestación son todos resultados de la actividad humana que ha alterado el equilibrio natural del planeta. Estos problemas ponen en peligro no solo la salud del planeta sino también la supervivencia de la humanidad.

Es momento de asumir la responsabilidad por nuestras acciones y adoptar un nuevo paradigma de desarrollo sostenible. Debemos dejar atrás la perspectiva antropocéntrica que nos sitúa en el centro del universo y comenzar a reconocer que formamos parte de un ecosistema interdependiente.

En honor a esta fecha, la ONU destaca que el cambio climático es uno de los mayores desafíos que enfrentará la humanidad en el siglo XXI, ya que sus efectos más significativos afectan la biología, la economía y la sociedad.

La desaparición de entre 150 y 200 especies por día tiene un impacto en la biodiversidad global. Además, la agresión a las áreas protegidas, que se supone que cada estado debe proteger. La caza y pesca sin restricciones, el comercio ilegal de especies, la explotación forestal para obtener madera barata para construcciones, cercas, viviendas, leña, carbón vegetal, artesanías, muebles y otros usos no sostenibles

El gobierno ha llevado a cabo numerosas acciones en nuestro país para reducir los efectos del cambio climático. No obstante, las denuncias de diversas organizaciones no gubernamentales (ONG) han demostrado que no se ha tomado ninguna medida para proteger las zonas protegidas, la proliferación de construcción ilegal y la expulsión de los pueblos indígenas

Por ejemplo, la expansión de la minería causó la mayor pérdida de cobertura arbórea en 2020 en el estado Bolívar en las últimas dos décadas. La contaminación de los ríos con mercurio y los desechos tóxicos de las plantas cianuradoras y molinos demuestra que la delimitación de usos dentro de las áreas protegidas y las políticas públicas destinadas a reducir el impacto ambiental no han sido implementadas.

La pérdida de bosques naturales en Venezuela es otro tema preocupante. Entre 2002 y 2021, Venezuela perdió 556 000 hectáreas de bosque primario húmedo, lo que representa el 26 % de la cobertura arbórea perdida en ese mismo período con respecto a datos anteriores. Asimismo, según el informe, al menos 2000 mineros trabajaron en el Parque Nacional Cerro Yapacana en Amazonas en 2021, lo que contribuyó a la deforestación de 2227 hectáreas. Se destruyeron 1000 hectáreas del Parque Nacional Canaima debido a la minería.

Los informes de las organizaciones no gubernamentales indican que el gobierno de Venezuela viola constantemente los derechos ambientales de los ciudadanos, especialmente en medio de la crisis del cambio climático, sin ningún plan real para mejorar la situación en el país. El gobierno de Venezuela no está cumpliendo con sus responsabilidades en relación con los derechos humanos en el ámbito internacional, así como con las leyes nacionales y los acuerdos y compromisos internacionales en cuanto a la gestión y conservación ambiental.

En este día de la tierra, el llamado es a preservar la diversidad biológica, nuestra riqueza nacional tan grande e invisibilizada. Es tocar la fibra sensible de la población y crear un sentido de pertenencia por su naturaleza, sus bosques, sus animales y estimular la responsabilidad colectiva en su conservación.

Ante la comunidad internacional, nos comprometemos con la preservación de la biodiversidad de nuestra nación, que es una nación megadiversa. Además, las comunidades deberían mejorar su calidad de vida mediante el uso sustentable de sus componentes naturales. Esto requiere una organización social, una política real e instituciones fuertes encargadas de implementarla.

Por último, afirmaremos que la conservación requiere de funcionarios comprometidos en la defensa de la constitución nacional y del medio ambiente, para llevar a cabo las tareas que la constitución y las leyes les asignen.

Redacción C.C.

22-04-2024