Por: Andrés E. Mora M…
“Casi finalizando la primera semana de competencias de la 17ma edición de los Juegos Panamericanos que se está desarrollando actualmente en la ciudad canadiense de Toronto, las medallas en general – y las áureas en particular – no han mostrado la misma empatía que, por la delegación venezolana, tuvieron en ocasiones anteriores”, así se expresa Ingenuo Sinduda en el inicio de la sobremesa que – una vez finalizado el suculento desayuno en donde Incredulina, su adorable esposa, volvió a demostrar sus extraordinarios dotes culinarios – versa acerca de la actuación que ha tenido hasta ahora nuestro país en este evento multideportivo.
“Definitivamente las arepas que hace mi madre son las mejores del planeta, imposible que haya alguna sobre la faz de la tierra que, siquiera, ose parecérsele”, dice un convencido Incrédulo limpiándose la boca con – ¡Eso es lo que hay! – la cuarta parte de una servilleta convencional de papel. “No hay nada comparable con iniciar el fin de semana desayunando un par de arepas rellenas con caraotas negras refritas y queso blanco”, se saborea con inmenso placer un satisfecho Sinduda hijo. “Lo único que faltó fue la mantequilla, pero entiendo que es imposible encontrarla. Hace tanto tiempo que no la veo en los anaqueles que olvidé el nombre de las marcas y hasta su aspecto”, se lamenta el retoño de Incredulna e Ingenuo.
“Amor, como de costumbre, la botaste de jonrón con el desayuno ¡Que delicia!”, felicita a Incredulina un presumido Ingenuo. “Hijo, si no tienes otro compromiso, puedes venir mañana con toda la familia a desayunar, que a mí me toca prepararlo”, invita el padre. “Aunque no creo que comamos arepas porque la harina de maíz esta escasa también y creo que nos queda menos de un paquete ¡Eso es lo que hay!”, aclara el viejo.
“Pero bueno, volvamos a nuestro tema inicial”, sugiere Ingenuo para de inmediato agregar “Venezuela sumaba en Guadalajara 2011 – después de los primeros seis días de actividades – 5 medallas de oro de las 24 obtenidas hasta ese momento. En ese mismo lapso de tiempo, en suelo canadiense, nuestros atletas habían cosechado 3 preseas doradas de las 16 alcanzadas”, agrega Ingenuo. “Inicialmente quería incluir los resultados de la jornada de ayer viernes – 7mo día de competencias y en donde Andreina Pinto y Hersony Canelón, dos de nuestras cartas crédito, estarían presentes en las finales de natación (400 m estilo libre) y ciclismo de pista (velocidad individual) respectivamente – pero lamentablemente el servicio eléctrico por esta zona fue errático durante todo el día, eso ya se ha vuelto algo rutinario en algunos sectores de Mérida, y no tuve manera de enterarme de los resultados”, añade Ingenuo Sinduda que – como profesor jubilado de la ULA – participó en el referéndum consultivo convocado por la intergremial universitaria de esa casa de estudios y que – a pesar del intento de saboteo por parte de un minúsculo grupo de encapuchados desadaptados – fue un rotundo éxito.
“Hace dos días – el jueves 16, por cierto día del referéndum – tres de las medallas de oro ganadas en Guadalajara 2011 no pudieron ser reeditadas en Toronto 2015. En el Ciclismo de Pista – disciplina que resultó ser la gran protagonista venezolana en tierras aztecas al colgarse 5 medallas de oro, cantidad que significó el 45,5 de las preseas doradas logradas por nuestro país – la velocidad por equipos, tanto masculino como femenino, cedieron la supremacía alcanzada cuatro años atrás. El equipo masculino tuvo que conformarse con la plateada al ser superado en la final por Canadá en un emocionante duelo que se definió en los últimos metros. Por su parte el dúo femenino – al finalizar quinto en la fase de clasificación – no pudo siquiera acceder a la disputa del último lugar del podio. Por su parte, Albert Subirats – el tritón de Valencia y único ganador de medalla de oro en la natación de los pasados panamericanos – arribó cuarto en los 100 m mariposa, la prueba que lo vio vencer en el 2011 y que en Toronto 2015 fue ganada por el estadounidense Giles Smith con nuevo record panamericano”, señala el catedrático.
“Mira viejo es tan cierto lo que tú dices que una vez finalizada la tercera jornada de natación en Toronto 2015 – lo que implica haber disputado 18 finales de las 32 programadas – nuestro país no cosechó medalla alguna. En cambio – en la pasada edición de estos juegos –Venezuela acumulaba 4 medallas (1 de plata y 3 de bronce) luego de terminado el tercer día de competencias en la pileta mexicana”, interviene Incrédulo. “El comportamiento mostrado en estos primeros 6 días de competencias en principio, sugeriría, una tendencia similar a la seguida por las estadísticas que señalaste la semana pasada, cuando te referiste a la consistente disminución del número de medallas de oro alcanzadas por nuestro tricolor desde Santo Domingo 2003”, expresa el joven Sinduda. “En estos momentos el pronóstico del COV – la obtención de 18 a 20 medallas de oro – se ve cuesta arriba. Sin embargo, sabemos de la entrega y amor que sienten por el tricolor todos y cada uno de los atletas que dignamente nos representan en el país norteño”, opina un orgulloso Incrédulo.
“Esperemos la finalización de los juegos para hacer un análisis más ajustado. Sin embargo, preocupa el hecho que el deporte de alta competencia en el país no haya dado un salto cuantitativo a pesar de los ingentes recursos que entraron por la renta petrolera sino que después de alcanzar el máximo en Santo Domingo 2003 – con 16 medallas de oro – haya entrado en declive desde entonces”, reflexiona Ingenuo
“En principio, se pudiera interpretar esa situación como una evidencia de lo errado del modelo o política deportiva que se implementó ya que de haber sido un modelo sustentable en el tiempo, seguramente otros serían los resultados”, considera Incrédulo.
“Bueno, en un país donde el gobierno nacional decide que la soberanía alimentaria tenga su origen en los puertos del país y no en la enorme cantidad de tierra fértil con que cuenta nuestra nación. En un país en donde el gobierno nacional decide que el mérito no debe ser considerado un requisito para la admisión de los bachilleres en las universidades venezolanas. En un país en donde el gobierno nacional decide, ya desde hace años atrás, asignar presupuestos deficitarios a las universidades autónomas. En un país en donde el gobierno nacional decide desconocer las Normas de Homologación, a pesar de ser esta normativa un beneficio laboral que es irrevocable por el patrono e irrenunciable por los profesores universitarios, para sustituirla por una Convención Colectiva Única en menoscabo de todos los trabajadores del sector universitario, para nada es descabellado pensar entonces que el modelo deportivo haya sido un desacierto más”, concluye Ingenuo.
“Lamentablemente ¡Eso es lo que hay!…….. Por ahora”, se le escucha decir a Incrédulo.
(٭) Prof. Titular jubilado ULA – Cronista deportivo
aemora@gmail.com, @amoramarquez
