La corrupción y sus implicaciones en el riesgo país

Por: Prof. Germán Rodríguez Bustamante…

De acuerdo al Emerging Markets Bonds Index (Embi+), elaborado por JP Morgan, Venezuela tiene el riesgo país más alto del mundo. Este índice mide el diferencial entre la tasa de interés que pagan los bonos del tesoro de los Estados Unidos y los bonos en dólares emitidos por países emergentes. En diciembre 2014 llegó a un índice de 2.465 puntos, en enero 2015 a 3.088 puntos y en abril 2015 a 2.475 puntos; esto significa que la nación de requerir financiamiento en los mercados internacionales debe pagar una tasa global cercana al 30 %. En otras palabras para los inversionistas internacionales Venezuela no ofrece ninguna garantía para asumir los riesgos de invertir en títulos emitidos por él o sus empresas. Por esta situación Maduro utiliza el endeudamiento comercial con China y Rusia, para evitar la tasa global y comprometer el pago con petróleo y otras materias primas.

Mientras más alto es el nivel de riesgo país, más vulnerable es su economía, algunos aspectos que impactan negativamente en su calificación son: las medidas excesivas de regulación al comercio internacional, como prohibiciones a las exportaciones e importaciones, retenciones a los productos exportables y el mantener precios regulados o de referencia. El EMBI+ ha disminuido como consecuencia del cumplimiento de los pagos que se vencieron en marzo y abril de este año, cuyos efectos se observan en la caída de las reservas internacionales a niveles alarmantes, con toda seguridad el riesgo país subirá nuevamente a niveles de 3.000 puntos en el corto plazo, impulsado fundamentalmente por los escandalosos casos de corrupción, narcotráfico y blanqueado de capitales. El factor político posee un peso substancial en la determinación del riesgo país, Venezuela se encuentra en desventaja alejando a los inversionistas, ya que el hecho político ha invadido todos los aspectos de vida nacional, condicionando la percepción de riesgo de los inversionistas castigando al país con tasas muy elevadas, situación que implica menores flujos de fondos, mayores tasa de interés global, tipo de cambio real al alza, disminución de las perspectivas de crecimiento, distorsión de los precios, y presiones inflacionarias cada vez más elevadas. La transparencia y la senda para obtener información sobre la actividad pública son un derecho reconocido en la declaración universal de los derechos humanos, emitida en 1948 por las naciones unidas, los países deben garantizar a los ciudadanos el ejercicio de dicho derecho.

Con la apertura de la información y el acceso de los ciudadanos a ella se consigue mejorar los niveles de transparencia; los ciudadanos pueden formarse una opinión objetiva sobre el estado de la sociedad, las instituciones públicas y la gestión de éstas; se evita la corrupción; se fomenta la participación ciudadana en las decisiones de gobierno; aumenta la calidad de los procesos de decisión política; permite a los ciudadanos y las organizaciones sociales hacer valer sus derechos; hace crecer la confianza de los ciudadanos en los procesos de gobierno; aumenta la eficacia en la administración pública, y por ende su competitividad, legitimando la acción de los que lasejecutan. Los sistemas democráticos requieren mecanismos de transparencia y canales de participación proporcionados por las instituciones, que resuelvan los problemas de representación; dispositivos para mejorar el funcionamiento interno de las instituciones y de esta manera aumentar su capacidad para conocer dónde se requiere su intervención y en consecuencia legitimar las decisiones políticas adoptadas.Lamentablemente Venezuela es considerada como el país más espantoso para la actividad privada, controles de precios, limitaciones a la propiedad, inseguridad jurídica y personal, entre algunos factores convierten a la nación en un terreno poco atractivo para la inversión. El alza del dólar paralelo en los últimos días a niveles de 400 bolívares por dólar, exhibe la fragilidad institucional del país, la oscuridad del régimen potencia la corrupción y facilita su desarrollo a todos los niveles de la estructura de gestión pública.

Nuestro futuro depende en gran medida de la consolidación de la democracia en el país. En especial, esta afirmación se aplica a los marcos en que se cuenta con instituciones formales de la democracia, pero éstas no han sido capaces de generar un “gobierno del pueblo, para el pueblo y por el pueblo” debido a la gran desigualdad social y la concentración del poder en pocas manos, cuyos pulgares están manchados por casos de violación de derechos humanos y asuntos financieros de dudoso origen.

Profesor Germán Rodríguez Bustamante
ULA – FACES