La gestión pública convertida en pan y circo

Por: Germán Rodríguez Bustamante….

El Régimen a todos los niveles geopolíticos y administrativos pretenden recrear las desdichas que viven los venezolanos, con espectáculos al mejor estilo de la Roma Imperial. El poeta romano Juvenal es quien acuña la frase “pan y circo” para el pueblo. En definitiva, es la práctica de un gobierno que para mantener tranquila a la población o para ocultar hechos como la incapacidad, negligencia y la corrupción suministra alimentos y entretenimiento de baja calidad y con criterios selectivos. El pasatiempo impulsado por el régimen para ganarse a la plebe requiere más que pan. La recreación en entretenimientos ridículos y la distribución de alimentos gratuitos, fueron las herramientas utilizadas por los emperadores romanos para el control social del pueblo. Maduro y su banda utiliza la misma receta, lamentablemente para ellos el pan se agota poco a poco, así como la paciencia de los venezolanos, quedando únicamente el circo.

El régimen ha creado un conjunto de programas y organizaciones para la distribución del pan, fundadas como el bebedizo apropiado para innovar la revolución y distribuir la mayor suma de felicidad posible al pueblo. Propuestas que no resuelven nada, por el contrario, se convierten en mecanismos selectivos y de exclusión social, para tamizar a la sociedad y distribuir la corrupción.

Los presupuestos nacionales, las rendiciones de cuentas, los programas de gobierno y cualquier otra extravagancia de este régimen, se presentan ante la sala plena del TSJ, representante genuina de la plebe. El coliseo abierto se reduce a cuatro paredes, en las cuales se mostrará los resultados extraordinarios del socialismo del siglo XXI. Lo cierto es que las políticas instrumentadas por el régimen, producen condenas a muerte por las fieras de: la falta de alimentos y medicinas, por la delincuencia desatada y por las condiciones generales de exterminio impuestas. En conclusión, el país se ha convertido en una gran pista de arena, en la cual la población lucha por su vida.

Muy bien lo dijo Juvenal en su época…desde hace tiempo exactamente desde que no tenemos a quien vender el voto, este pueblo ha perdido su interés por la política, y si antes concedía mandos, haces, legiones, en fin, todo, ahora deja hacer y sólo desea con avidez dos cosas: pan y juegos de circo.  Las bacanales y lujos disfrutados por la elite gobernante y sus cortesanos forman parte de la recreación para el pueblo, quienes observan por los medios, como sus representantes disfrutan de suculentas comidas, se pasean en vehículos de alta gama, disponen de áreas geográficas, parques nacionales y sitios en ciudades diseñados como burbujas de confort y comodidades, mientras la plebe vive en la indigencia total. No tiene el menor escrúpulo, las extravagancias transcienden la esfera local, quienes todavía cuentan con salvoconductos para viajar al extranjero, ostentan uno lujos dignos de un emperador romano.

Los tiempos por venir con toda seguridad serán duros, muy duros para la gran mayoría, el minúsculo crecimiento económico será aprovechado por la elite y sus enchufados. La posibilidad de insolvencia financiera con los mercados internacionales es un hecho real, derivado de la quiebra inminente de la industria petrolera. Las acciones jurídicas no esperaran, la nación es un cadáver financiero presa de los acreedores. Los compromisos desesperados, alocados e ilegales asumidos con China, Rusia y Turquía se están realizando sobre el sudor y la sangre de los venezolanos. Contratos petroleros otorgados violentando el marco constitucional, de igual manera ocurre con las entregas ejecutadas en el Arco Minero. La destrucción ambiental producida en la mayoría de los casos genera daños irrecuperables e irreversibles para el país.

En este contexto, los gobernantes recientemente electos, en comicios cuestionados por los observadores de la Unión Europea, se dedican a pintar, alumbrar y organizar saraos facilitando la propagación del COVID-19. Las grandes necesidades como inversiones en infraestructura vial, aguas blancas, aguas servidas, servicio eléctrico y recolección de desechos tendrán que esperar, en este momento solo existe pintura para brocales, banner para forrar todos y bastantes bailes para que el virus pueda danzar a sus anchas. La gestión entendida como un proceso de integración de acciones para administrar recursos, bien sea técnicos, humanos, tecnológicos y financieros, aplicando distintas herramientas para logara un fin determinado, queda suspendida, ya que hay recursos solamente para recrear y no para construir futuro. Los gobernantes y sus colaboradores dedicados a escoger candidatas, artistas y coloretes para recrear la arena transitoria de encanto y sueño.

En conclusión, no existe un plan con una estrategia para crear una acción de anticipación o respuesta que debe adoptarse frente a los riesgos y oportunidades presentes o esperadas en el entorno, basadas en sus fortalezas y capacidades. No existe responsabilidad moral y política, concebida en términos jerárquicos. No hay compromiso de las organizaciones públicas con respecto a la autoridad política electa, con una cultura organizacional, para el abordaje de los problemas y las soluciones de la colectividad. No hay grado de involucramiento, motivación, e inclusión de los actores o servidores en el proceso, con la finalidad de mejorar, optimizar los servicios y buscar la capacidad de gobierno para lograr condiciones de mejora continua en los procesos administrativos, y así resolver de manera eficiente y expedita los problemas que presenta la sociedad en su conjunto.

Los problemas fundamentales que padece el pueblo serán diferidos, agudizándose las penurias, la propuesta de crecimiento y prosperidad prometida por el régimen se resume en: entretenimiento mientras se padece. No es necesario que ocurra un desastre natural extraordinario, mucho menos que llegue una peste porque estamos en medio de ella, la peor de ellas: la peste revolucionaria.    

gguillermorb@yahoo.com

@germanrodri

21-02-2022