La Universidad de Los Andes (ULA) demostró en este nuevo y emergente escenario de crisis de su historia que no está sola, que de hecho es una fuerza viva, integral, plural, responsable y comprometida con el país. La sesión extraordinaria del Consejo Universitario realizado este martes 16 de marzo de 2021 demarcó otro momento de coincidencias, autocríticas y proyección de propuesta ante los avances de socavamiento a su esencia autonómica y académica con imposiciones violatorias de la propia Constitución.

La sesión extraordinaria destacó la cronología de afrentas, persecución y destrucción de la academia universitaria venezolana como un proceder característico de regímenes dictatoriales, totalitaristas y alejado de los valores democráticos que aprecian el pensamiento libre, crítico e innovador en la sociedad como un elementos de riesgo a su estabilidad en el poder.

Hoy día, la percepción que tiene la ciudadanía de la universidad es de abandono, de parálisis, de inactividad aunque dentro de ella, aún hay factores que hacen grandes esfuerzos en servicio administrativo y en materia académica y de postgrado hay procesos de enseñanza y aprendizaje bajo los nuevos paradigmas de la virtualidad. Lo cierto es que el gobierno abandonó su deber de financiar la educación venezolana instaurada en la constitución, además de evidenciar un patrón de acoso e intentos de debilitamiento institucional con la creación prolija de nuevas universidades, muchas de las cuales se desconoce sede y con rectores impuestos.

La centralización de administración, en materia de asistencia de salud, providencias estudiantiles, comedores, entre otros elementos que se gestionaba desde la propia universidad, simplemente desapareció dichos beneficios. A la depauperación de los salarios del docente y los trabajadores con rango hoy día de indigencia, ahora se quiere paliar con bonos no incidentales en las prestaciones que son igualmente miserable ante la devastadora hiperinflación.

La compleja crisis de país que envuelve y somete a la universidad tuvo su pronunciamiento con voces de defensa a la institución desde la ciudad de Mérida. Las personalidades representativas de la iglesia católica, el sector organizado empresarial, industrial y turístico, el gobierno regional, municipal, los gremios y colegios profesionales, gremios universitarios, estudiantes, consejeros, entre otros tantos, si hicieron signatarios de  visiones coincidentes de defensa de la universidad, propuestas que se plasmarán en un documento que en lo inmediato será del conocimiento global.

Un nuevo acercamiento a la Asamblea Nacional legitima presidida por Juan Guaidó para la exposición de estos hechos plasmados en histórico encuentro. La búsqueda de ayuda y financiación a la universidad  tanto dentro como fuera del país en sus variadas propuestas. Organizar actos mancomunados de expresión de calle para visibilizar la problemática universitaria y nuevos encuentros de fuerzas vivas, destacaron entre la precisa lista de acciones.

Por encima de esta realidad universitaria, está la defensa y recuperación de la libertad de Venezuela que, bajo el actual sistema de gobierno no podrá –Según posturas de algunos participantes- encaminar acciones sin que sea de alguna forma vapuleada.

En este sentido, una Comisión Relatora, conformada por la Decana de la Facultad de Humanidades y Educación, la Directora del Observatorio de Derechos Humanos y el representante profesoral ante el Consejo Universitario, compiló las propuestas presentadas en la sesión extraordinaria. Posteriormente está en agenda la redacción de un manifiesto que será suscrito por todas las fuerzas vivas del Estado Mérida. Esta comisión relatora, junto con el Secretario de la Universidad y la Directora del Servicio Jurídico redactará también las comunicaciones y denuncias que deban dirigirse e interponerse ante las instancias tanto nacionales como internacionales.

Prensa ULA-16-93-2021