No se puede ser neutral 

Por: Fernando Luis Egaña…
 
Entre el victimario y la víctima no se puede ser neutral. Entre el agresor y el  agredido no se puede ser neutral.  Entre un poder que destruye a la nación, y la nación en condiciones de catástrofe humanitaria, no se puede ser neutral.
 
Ser neutral, en estos y otros tantos casos similares, equivale a  cooperar con el mal. A tomar partido, así sea de manera disimulada, por los que causan el daño por su despotismo y   depredación. 
 
El colmo de esa farsa, fue la política que aplicó el Centro Carter en nuestro país, hace años: estamos a favor de todas las partes… No sé de dónde habrán sacado eso, lo que sí sé es que sirvió de pretexto para ayudar a la hegemonía. 
 
Asumir claramente una posición en defensa de los derechos del pueblo,  no significa perder de vista la realidad y luchar de manera improvisada. Ello puede ser muy beneficioso para el continuismo del poder establecido. 
 
Pero sí significa evitar las ambigüedades y los discernimientos interesados, que, como tales confunden la buena voluntad. ¿Por qué edulcorar las pretensiones avasallantes del poder? En muchos casos hay respuestas notorias en lo político y económico. En otros, intentar comprender, cuesta y duele.
 
La neutralidad es aliada de la hegemonía, acaso una de gran eficacia. Hay que denunciar la neutralidad. Y hay que plantear un compromiso con el cambio que sea de raíz. Sin imparcialidades de cartón, ni justificaciones a lo inaceptable.
 
No se puede –pero sobre todo no se debe– ser neutral ante los horrores que asolan la patria.
22-05-2023